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Desinterés ciudadano y falta de contenido en la campaña para el Parlamento catalán

El desinterés ciudadano y la falta de contenido de las diversas campañas son las notas más evidentes del proceso electoral catalán, que debe conducir a la elección, el próximo día 20, del primer Parlamento autonómico de la posguerra. Los actos electorales se limitan a charlas en locales muy reducidos, que, pese a ello, resultan enormes ante la radical ausencia de público. En lugares públicos es impensable oír una conversación sobre temática electoral.

Inicialmente, algunos indicios apuntaban hacia la posibilidad de una campaña con contenido real. Ello era apuntado por los leves matices autocríticos de lo partidos, con relación al desastroso período preautonómico. Pero aquellos esbozos han que dado reducidos a nada, y sin esa valoración crítica del pasado reciente -en el que todos los partidos comparten responsabilidades graves- resulta imposible pensar que la campaña llegue a tratar temas de real interés ciudadano.No hay que olvidar que el desencanto tiene, en Cataluña, razones específicas que lo potencian a un grado muy superior al general de España. Sólo de este modo se explica que en dos años Cataluña haya pasado de ser la comunidad capaz de congregar nada menos que una cuarta parte de su población total -el 11 de septiembre de 1977, con un millón y medio de personas manifestándose en Barcelona- para converstirse en una comunidad en que, de aplicarse el rasero andaluz y pese a la propaganda masiva de los partidos, no hubiese aprobado el referéndum del Estatuto de Autonomía (Tarragona hubiese sido la Almería de Cataluña).

La traducción electoral del desencanto es la repetición del voto, con el único aumento de los porcentajes de abstención. Pero encuestas recientes, efectuadas no obstante hace ya más de tres semanas, indicaban que las expectativas de voto eran superiores a las de anterioresconsultas Ese dato, y otras prospecciones. electorales, será teafirmado o revisado en breves días, cuando se conozcan los resultados de encuestas actualmente en vías de conclusión.

El punto de interés más aleatorio reside en el papel electoral de Jordi Pujol. La campaña de éste tiene dos características básicas. Por un lado, la búsqueda de la mayoría silenciosa, la que tradicionalmente desea votar útil, hecho que se traduce en la frase propagandística de «ahora conviene votar a Jordi Pujol». Otra notasignificativa, en el mismo sentido, de la campaña de Pujol la constituye una cuña radiofónica en que una voz femenina ar.gumenta en favor de Pujol diciendo que es hora de «dejarse de política! » (sic). Por otro lado, Pujol lleva a cabo una campaña centrada su persona, una campaña ya muy precisada en torno a su hipotético acceso a la presidencia de la generalidad. Este segundo aspecto le es favorable: estudios electorales muy fiables -procedentes de otros partidos- indican que Pujol tiene una buena imagen personal, mientras que el socialista Reventós la posee muy mala.

Curiosamente, las dos únicas opciones capaces de colocar uno de sus hombres en la presidencia de la Generalidad -la socialista y la de Pujol- son también aquellas que se expresan con mayor ambigüedad con relación al tema clave de las obligadas colaboraciones poselectorales, ya que, sin duda alguna, en el Parlamento Catalán nadie poseerá la mayoría de los escaños,(ni con toda probabilidad, nadie superará su 30%).

La ambigüedad de los socialistas parte de la paradoja existente entre el resultado de su conferencia destinada a elaborar el programa de Gobierno de la Generalidad -que llegó a conclusiones francamente frente -populistas -y el anticomunismo a que le ha llevado la auténtica guerra abierta entre UGT y CCOO. En privado, todos los dirigentes socialistas desprecian los resultados frentepopulistas de la citada conferencia, pero en público evitan descaradamente este tema.

En cuanto a Pujol, es de recordar que hasta hace muy pocas semanas hizo lo indecible para buscar un acuerdo con los socialistas. Llegó incluso a lograr la sorprendente mediación, en este sentido, de dirigentes del partido venezolano Acción Democrática, miembro, al igual que el PSOE, de la Internacional Socialista.

Pero los socialistas catalanes nunca se dieron por aludidos. Actitud tanto más sorprendente por cuanto que Pujol aparentaba estar dispuesto a pactos incluso aparentemente desfavorables para su partido. Ahora Pujol intenta avanzar en solitario. Pero su pretensión de acceder a la presidencia de la Generalidad necesitaría jugadas a demasiadas bandas. Por un lado, precisaría el mantenimiento hasta el último momento, por parte de los comunistas, de la candidatura de Josep Benet (que de este modo se pondrían a la altura de Georges Marchais en Francia); por otro lado, Pujol estaría obligado a un pacto público y claro con UCD, que si bien es abiertamente deseado por los centristas catalanes, implicaría el desmoronamiento del partido de Pujol, así como la creación de un frente por parte de la izquierda.

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