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Paro casi absoluto de los autobuses urbanos, el Metro y el transporte de cercanías en Barcelona

La ausencia casi total de autobuses, el paro casi total del Metro y de los transportes de viajeros de la provincia -sumados a las irregularidades de Renfe- afectaron a toda la vida ciudadana de Barcelona. En el orden político y sindical se incrementó el ya enorme distanciamiento entre UGT y CCOO, se resquebrajó el pacto municipal barcelonés, se pusieron a prueba las complejas relaciones sindicatos-partidos de izquierda, y posiblemente todo ello incida en el proceso electoral catalán, hoy en curso.

Desde la medianoche del lunes hasta las cinco de la tarde de ayer el paro del Metro barcelonés fue total en todas sus líneas. A, partir de las cinco de la tarde de ayer, y según la empresa municipalizada, empezaron a entrar en servicio un total de quince trenes de la línea V (Sant Ildefons-Horta), que circulaban con protección policial y, según CCOO, conducidos por ugetistas. El Metro barcelonés cuenta con unos 3.000 trabajadores. La principal central es CCOO, con 1.200 afiliados.En la madrugada de ayer entraron en servicio tan sólo unos ochenta autobuses, sobre un total de ochocientos. Más tarde, algunos de éstos se retiraron a sus cocheras, las cuales estaban fuertemente protegidas por la fuerza pública desde primeras horas de la madrugada. No se constató ningún incidente grave y la presencia de piquetes en las cocheras fue casi nula. En la compañía de autobuses, las cotizaciones sindicales son descontadas del salario por la propia compañía. De esta manera, y sobre un total de 6.500 trabajadores, cotizan a CCOO unos 3.700, y a UGT, unos 130.

Un portavoz oficial de la compañía municipal de autobuses informaba a este diario que anoche circulaban por Barcelona exactamente 167 autobuses. Agregó que 68 vehículos habían sido dañados por la acción de los piquetes (ruedas pinchadas, vidrios rotos y uno con agua en el depósito). Un conductor resultó herido cuando un piquete rompió el parabrisas con una barra de hierro.

La huelga de los transportes barceloneses -convocada por CCOO y con expresa oposición de UGT- coincidía con la huelga de los transportes de viajeros en autobús entre Barcelona y diversas localidades catalanas. Curiosamente, esta huelga estaba convocada por UGT y CCOO. Afectó también a la mayoría. del sector, que ocupa unos 2.800 trabajadores. En este caso, la reivindicación laboral es meramente económica.

En Cuanto a Renfe, las repercusiones de la huelga en Barcelona fueron mínimas. El paro afectó a sólo cinco trenes, de ámbito regional, además de originar algunos retrasos, en trenes de largo recorrido, como, el Talgo. Pararon, en cambio, el 50% del personal de talleres y parte del dedicado a la circulación de trenes de mercancías.

Tensiones UGT-PSOE

La valoración de UGT y CCOO del principal de los conflictos -el del Metro y los autobuses urbanos- era claramente antagónica. Destacaba particularmente el tono inusitadamente duro de los comunicados de UGT y la clara repercusión del contenido de los mismos en las divergencias internas entre los dos colectivos básicos del PSC-PSOE. Baste con indicar que la unión local de UGT solicitó la dimisión del Consejo de Transporte de Barcelona, lo cual implicaba una crítica frontal al concejal de transportes, un socialista procedente del PSC (Congrés).

«El secretariado nacional de UGT de Cataluña», afirmaba un comunicado ugetista, «denuncia ante la opinión pública y los trabajadores los métodos estalinistas y fascistas empleados por los dirigentes comunistas de CCOO a la hora de imponer en el día de hoy (ayer) la huelga, por la fuerza de la coacción y el insulto, en contra de la inmensa mayoría de los trabajadores de Metro y autobuses que libremente deseaban trabajar. »

La unión local de Barcelona de UGT fue aún más lejos. En un comunicado oficial se pronunció por la exclusión de los comunistas del pacto de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona, con todas las consecuencias que ello implicaría. «Considerarnos», afirmaba el comunicado, «sin intención de entremeternos en la lógica autonomía del PSC, que dicho pacto municipal (el de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona, formado por comunistas, socialistas y Convergencia Democrática) debe revisarse y excluir de cualquier acuerdo a un partido que dice aceptar los mecanismos democráticos, pero que siguen . siendo estalinistas, y que si no ha impuesto "Siberias" en España es porque tienen un porcentaje mínimo de representación en la vida democrática de este país. »

Por su parte, fuentes de CCOO se refirieron al éxito de la huelga y aludieron a la acción de «contrapiquetes de esquiroles de UGT», mientras afirmaban que no se habían producido violencias de importancia. Estas fuentes agregaron que UGT había tenido una actitud «provocadora» que había hecho inevitable la huelga. Indicaron que aceptaban el aumento del 15,6 % concedido por la empresa, pero que no podían aceptar el que UGT hubiese firmado un convenio violando las normas de representación de la Generalidad -que no obstante lo aprobó-, al carecer UGT de representación suficiente. Del convenio empresa-UGT, las fuentes de CCOO consideraban inaceptable la inclusión de la aceptación por parte de UGT de la reestructuración de la empresa, que, CCOO considera debe ser negociada específicamente. CCOO afirma que la inclusión de la reestructuración en el convenio era debida a presiones de Abril Martorell sobre el alcalde de Barcelona, respondiendo a las peticiones de ayuda económica de este último.

Acusaciones de utilización partidista del Ayuntamiento

En su correspondiente comunicado, CCOO indicaba que «el comportamiento de trabajadores y usuarios ha puesto en evidencia a quienes han pretendido sembrar confusión y provocar enfrentamientos entre ambos. Que ello sirva de lección a quienes, desde el Ayuntamiento a la Consejería de Trabajo de la Generalidad, pretenden utilizar las responsabilidades de la Administración municipal o autonómica en beneficio de intereses de grupo, y no del conjunto de la población, trabajadores y usuarios. Los trabajadores del transporte han demostrado durante estos días su plena capacidad para la acción y la negociación. Sepan quienes por su intransigencia y procedimientos antidemocráticos provocaron esta huelga que, de igual manera que CCOO ha apoyado en todo momento los esfuerzos de negociación llevados a cabo sin éxito, seguirá apoyando con todos sus recursos las acciones decididas por los trabajadores de manera democrática».

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