El Metro invertirá 1.500 millones en mejoras de vías y de seguridad

El Metro invertirá en los próximos tres años 1.500 millones de pesetas para mejorar sus sistemas de seguridad y renovar algunos tramos de vía, principalmente en la parte más antigua de la red. Con esto, el monto total de inversiones en el capítulo de seguridad asciende a unos 3.000 millones de pesetas desde junio de 1978. Parte de ese presupuesto se destinará a la instalación de un nuevo puesto de mando, desde el cual se dirigirá en el futuro todo el tráfico.

Entre las obras ya realizadas se encuentran las de modernización de la vía, en sus tramos de balasto y hormigón, en unos dieciséis puntos de la red; asimismo, se adquirieron equipos de detección y protección de averías en las subestaciones eléctricas y equipos de televisión en circuito cerrado, para vigilar la entrada y salida de viajeros en los trenes.Según informaron fuentes de la compañía, entre los proyectos en ejecución hay nuevas obras en la vía, nuevos bastidores para el equipo móvil y la instalación del sistema ATP en la línea 5. Este sistema, instalado ya en las líneas América-Las Musas y Cuatro Caminos-Pacífico, y en montaje en la línea Sainz de Baranda-Pavones, permite controlar la velocidad del tren, ya que en caso de superar los límites establecidos en un determinado tramo, el tren se para automáticamente; asimismo, en caso de encontrar una señal en rojo, la detención es inmediata.

Además de este sistema, que paulatinamente se está instalando en las líneas, existen otros, como la conducción automática del tren, consistente en un pilotaje automático que sólo exige del conductor que abra y dé la orden de marcha. Está listo para funcionar en la línea América-Las Musas, y en el futuro se instalará en la de Cuatro Caminos-Pacífico y Sainz de Baranda-Pavones. Aplicarlo al resto de las líneas exigiría una renovación de los trenes.

Dentro de este capítulo se contempla la posibilidad de poner en marcha un sistema de control por telemando. La sofisticación de este sistema, que se usa en Londres, París, Moscú, Leningrado, Sao Paulo, San Francisco y Washington, en alguna línea o en toda la red, consiste en el control automático del tren por computadora, lo que permite controlar al segundo cada tren que circule por cualquier línea de la red. Según el informe técnico facilitado por el Metro, este control automático del tren «está previsto» en la red general.

La instalación de este sistema se haría ya en el nuevo puesto de mando que quiere construir la compañía en la estación de Pacífico, con el fin de sustituir al ahora existente en la Puerta del Sol, que se ha quedado anticuado. La inversión para este puesto de mando será de trescientos millones de pe setas, cuya primera partida será realizada este año; en 1982, según los cálculos, se podrían ya instalar los ordenadores previstos.

Todos estos proyectos forman parte de la campaña de seguridad que, según los responsables de la compañía, ha sido uno de los objetivos primordiales desde que el Consejo de Intervención se hizo cargo de la empresa.

Los logros obtenidos en este campo, junto con las campañas de limpieza, creación de nuevas líneas y publicidad, es lo que, según los miembros de este consejo, ha contribuido a la evolución favorable de viajeros desde el pasado mes de agosto. De continuar esta tendencia, los técnicos esperan que el servicio pueda frenar la pérdida de viajeros que se produce desde 1969, y que la cifra de 393 millones de viajeros habidos el pasado año se vea paulatinamente incrementada.

Con respecto a los accidentes habidos en los últimos años, el presidente del Consejo de Intervención informó que el índice de incidencias es similar al registrado en París o Londres. «El medio de transporte más seguro es el Metro. No hay que olvidar que por cada estación del Metro pasan 500.000 trenes cada año. Si comparamos las incidencias del Metro con las registradas en los medios de superficie, el índice es muy bajo.»

Referente a la seguridad ciudadana, las estadísticas realizadas desde el pasado mes de noviembre hasta finales del mes de enero, tiempo en el que ha funcionado un servicio de vigilantes, indican que las agresiones de las que antes eran víctimas los empleados del Metro ahora son sufridas, aunque en menor número, por los propios agentes.