Carter, virtual ganador en las elecciones
El actual presidente de Estados Unidos, el demócrata Jimmy Carter, cuenta con las preferencias de los electores de su partido en las dos elecciones primarias celebradas ayer en los estados de New Hampshire y Minnessota. Aunque los resultados oficiales no se conocerán hasta la mañana de hoy, las previsionesanuncian una nueva victoria de Carter sobre el senador Edward Kennedy, también aspirante a la presidencia de EEUU. Entre lso líderes del partido Republicano la lucha es más incierta, y los resultados pueden aportar la victoria tanto a Ronald Reagan como a Georges Bush, que polarizan la atención del electorado republicano.
La consulta electoral en el estado de New Hampshire centra el interés nacional en la larga marcha hacia la Casa Blanca. Tiene un gran efecto psicológico, que influye en las demás elecciones primarias a celebrar en los restantes Estados de EEUU. Numéricamente, New Hampshire envía sólo veintidos delegados republicanos y diecinueve demócratas a las convecciones nacionales, que reunirán a 1.993 delegados republlicanos el 14 de julio en Detroit, y a 3.331 delegados demócratas el 11 de agosto en Nueva York. Delegados que elegirán a su vez a los dos candidatos, republicano y demócrata, que figurarán en la recta final hacia la elección del nuevo huésped de la Casa Blanca, prevista para el 4 de noviembre.
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Kennedy deberá ganar en los estados del noreste para igualar a Carter
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«La victoria del presidente pondrá las cosas muy difíciles para Ted Kennedy», explican en el cuartel general para la reelección de Jimmy Carter, en Concord. Es evidente que faltan todavía muchas etapas primarias con mayor valor efectivo, por su número de delegados a elegir, en función del número de habitantes, antes de poder apreciar en cifras cuál será el futuro candidato demócrata o republicano a la presidencia de Estados Unidos. A los veintidós delegados republicanos y diecinueve demócratas de New Hampshire, seguirán los resultados decisivos de estados como Massachusetts (111 demócratas, 42 republicanos), Florida (cien demócratas y 51 republicanos), Illinois (179 demócratas, 102 republicanos), Nueva York (282 demócratas, 183 republicanos), Texas (152 demócratas, ochenta re publicanos) y, como última elección primaria de capital importancia, California (306 demócratas, 168 republicanos).
Los sondeos dan la victoria al presidente
Edward Kennedy debería ganar en las primarias de los estados del noreste de Estados Unidos para aspirar a reequilibrar su desventaja frente al actual presidente Jimmy Carter. Sólo así crearía una corriente de opinión pública favorable capaz de poner en peligro la reelección del tándem Carter-Mondale, inquilinos actuales de la Casa Blanca, en Washington. Sin embargo, las previsiones no son nada halagüeñas para el senador de Massachusetts, Ted Kennedy. Los sondeos a escala nacional dan la victoria a Carter, que casi dobla las preferencias de los electores frente a Kennedy. Un fenómeno completamente inesperado hace seis meses, cuando Kennedy decidió presentar su candidatura a la presidencia, ante la pérdida de prestigio que afectaba al actual presidente, Jimmy Carter.
El pasado mes de septiembre, por ejemplo, Kennedy contaba con el apoyo del 55% de los electores, contra el 40% favorable a Carter, en el estado de Minnesota. Hoy, las tendencias se han invertido, con un avance de Carter sobre Kennedy de seis a uno. Si Kennedy no logra ganar en los estados industriales del noreste de EEUU, donde su prestigio es mayor que en los estados agrícolas del sur y del centro, la balanza se inclinará inexorablemente a favor de Carter. Sólo el factor de la crisis económica, que comienza a preocupar seriamente a los norteamericanos, puede poner en peligro la reelección del presidente Jimmy Carter. Amenaza que, posiblemente, no vendrá del interior de su propio partido, con la figura de Kennedy, sino del lado de los republicanos, que explotarán a fondo la frágil situación socioeconómica de EEUU, cargando todas las culpas a la Administración Carter. Ronald Reagan o Georges Bush parecen ser los dos líderes mejor situados para plantear la batalla al demócrata Jimmy Carter.
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