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Clausura de la campaña electoral en Rodesia

ENVIADO ESPECIAL, Con la campaña electoral prácticamente terminada, todos los indicios apuntan a que el veterano dirigente nacionalista Joshua Nkomo va a convertirse en el «hombre-bisagra» a la hora de constituir el futuro Gobierno de Zimbabwe. Aunque, a diferencia de Europa, la campaña electoral puede prolongarse en Rodesia hasta la medianoche de hoy, en realidad los dirigentes políticos aprovecharon el fin de semana para poner punto final a la misma.

Por tercera vez consecutiva, y por las mismas razones de seguridad que las anteriores, el líder del ZANU (Frente Patriótico), Robert Mugabe, no compareció a un mitin de su partido en la localidad de Unitali, en la frontera con Mozambique. A pesar de la no comparecencia de Mugabe, una multitud estimada en unas 25.000 personas asistió a la concentración política para escuchar durante tres horas las alocuciones de los dirigentes del partido.La región de Unitali es uno de los territorios rodesianos donde el partido de Mugabe prácticamente goza de un monopolio político, debido a la labor de los comisarios políticos en las aldeas durante la guerra de liberación contra el régimen de Ian Smith.

Un portavoz del ZANU manifestó que la vida de Mugabe era «demasiado preciosa para perderla», en una referencia a los dos atentados registrados contra el dirigente nacionalista desde su regreso a Rodesia.

Por su parte, Joshua Nkomo se trasladó a Gwelo, la tercera ciudad del país, para dirigirse a una multitud estimada por el Frente Patriótico en 25.000 personas. Nkomo habló en ndebele, la segunda lengua de Zimbabwe, y repitió sus anteriores exhortaciones a la unidad y a la reconciliación nacional. Es curioso notar que cuando el líder negro dejó de utilizar la lengua local para hablar en inglés, una gran parte de la multitud empezó a abandonar el estadio donde se celebraba el acto sin esperar a su terminación.

Carnaval político

La máxima asistencia de público la registró el dirigente del UANC y ex primer ministro, obispo Abel Muzorewa, quien cerró un carnaval político de cuatro días de duración en las afueras de Salisbury con una alocución de media hora de duración, en la que abandonó su lenguaje agresivo de otras ocasiones y prometió a la multitud trabajar en favor de «la paz, la reconciliación y la unidad nacional» si resultaba elegido. Las cifras de asistentes al acto varían según las fuentes consultadas.Así, mientras los organizadores hablaban de 300.000 personas, la policía daba una cifra de 150.000. El consenso entre los observadores imparciales era en torno a los 100.000, más o menos la mitad de la multitud congregada en el mismo lugar hace unas semanas para recibir a Robert Mugabe a su regreso del exilio. El número de asistentes a este tipo de actos es particularmente importante en Rodesia, como indicio de las preferencias del electorado ante la inexistencia de encuestas de opinión.

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A menos de veinticuatro horas del comienzo de las elecciones generales, que se iniciarán mañana, miércoles, y durarán hasta el 29, las posibilidades aumentan, en opinión de los observadores, de que

Joshua Nkomo se convierta en el hombre clave del futuro de Zimbabwe.

Esta deducción se basa en la premisa aceptada por todos de que ningún partido va a conseguir la mayoría necesaria de 51 diputados exigida por la Constitución para formar un Gobierno en solitario.

El convencimiento de que ningún partido alcanzará la mayoría absoluta está tan arraigado -aunque todas las formaciones políticas, sin excepción, pretendan en sus declaraciones oficiales que van a conseguirla- que el propio Mugabe declaró el domingo, en una conferencia de prensa, que «con independencia del número de diputados que obtenga en las elecciones, su partido formará un Gobierno de coalición con el Frente Patriótico de Joshua Nkomo».

Gobierno de coalición

Mugabe, naturalmente, expresó su convicción de que el ZANU (Frente Patriótico) obtendría la mayoría de los escaños, «pero, a pesar de eso», añadió, «formaremos una coalición con nuestros aliados naturales».En la entrevista, Mugabe se expresó en forma extremadamente moderada, incluso en temas tan conflictivos como las futuras relaciones con la Unión Surafricana, y, a este respecto, manifestó que un Gobierno presidido por él «continuaría el comercio con Africa del Sur, aunque, por razones de conciencia, no suscribimos la filosofía del apartheid, que seguiremos combatiendo en las Naciones Unidas y en la Organización para la Unidad Africana».

Por su parte, Joshua Nkomo, en otra conferencia de prensa previa a su mitin en Gwelo, no se quiso comprometer en el tema de a quién daría el Frente Patriótico su apoyo para la formación del futuro Gobierno.

Nkomo esquivó hábilmente las preguntas que le fueron dirigidas en este sentido, y añadió que el Frente Patriótico se presentaba a las elecciones «para formar un Gobierno, no una coalición». «Las coaliciones se forman sólo cuando no se puede conseguir lo primero, y la decisión se realiza de acuerdo con la situación política».

En el tema de las interferencias extranjeras en las elecciones rodesianas hay que registrar dos declaraciones que se han producido durante el fin de semana a favor de un triunfo electoral de los dirigentes nacionalistas.

Una explosión destruyó el domingo, en la localidad de Gwelo, las oficinas de un pequeño periódico liberal y causó la muerte de dos personas.

La explosión provocó la demolición del edificio de una sola planta de la Catholic Mambo Press, que edita el semanario Moto.

Nkomo declaró a los periodistas que cree que los Selous Scouts, una unidad de choque antiguerrillera y altamente entrenada de las fuerzas de seguridad rodesianas, es la responsable del atentado.

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