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Suárez se desplaza inesperadamente a Bonn para hablar con Schmidt sobre Afganistán

El presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, realizó ayer una inesperada visita relámpago a Bonn, donde se entrevistó, durante tres horas, con el canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Schmidt. El encuentro entre los dos jefes de Gobierno se encuadra en la intensa actividad diplomática europea registrada en los últimos días, de la que son buena muestra la entrevista celebrada en Londres entre el canciller Schmidt y Margaret Thatcher y la visita efectuada ayer a la RFA por el ministro italiano de Asuntos Exteriores. La adopción de una postura europea unánime frente a los acontecimientos de Afganistán y ante la propuesta norteamericana de boicot olímpico son los temas principales de estas deliberaciones.

El jefe del Gobierno Español, Adolfo Suárez, realizó una breve visita de cinco horas a la República Federal de Alemania, por iniciativa propia, y mantuvo una larga conversación con el canciller Helmut Schmidt. Según el presidente español, durante las tres horas que duró esta conversación, más larga de lo previsto, ambos políticos, acompañados por los ministros de Asuntos Exteriores de la RFA y España, Hans Dietrich Genscher y Marcelino Oreja, se pasó revista a la situación política internacional a raíz de la entrada de las tropas soviéticas en Afganistán.Pocos minutos antes de la llegada de Suárez a Bonn había regresado de Londres el canciller Schmidt, que en otra visita relámpago se había entrevistado por el mismo motivo con la jefa del Gobierno británico, Margaret Thatcher. En el mismo entramado de contactos, a la búsqueda de un criterio europeo conjunto que podría convertirse en alternativa de la posición norteamericana, también visitó ayer Bonn el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Attilio Ruffini.

Según explicó Adolfo Suárez a los periodistas antes de emprender regreso a Madrid, esta visita «se inscribe en el marco de los acuerdos a los que llegamos en el pasado mes de enero, con ocasión de la visita que hizo a España el canciller federal». Ambos políticos decidieron entonces celebrar frecuentes contactos informales. Entre los temas tratados ayer, además de los generales, como el citado de la crisis de Afganistán, relaciones Este-Oeste y tensiones en el mundo árabe, Suárez expresó el deseo de que se lleve a cabo una preparación intensiva de la próxima Conferencia para la Seguridad Europea, que se celebrará en Madrid a mediados del próximo mes de noviembre.

El presidente Suárez dijo haber tratado con detenimiento el tema del diálogo euro-árabe, en el que la RFA reconoce un papel preponderante a España, sobre todo desde que el canciller Schmidt comentó muy favorablemente a su regreso de Madrid, el pasado mes, el nivel de conocimiento de la materia que observó entre los políticos españoles.

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Suárez informó a Schmidt de su viaje a Oriente Próximo

(Viene de primera página)Suárez informó ayer al canciller federal sobre su último viaje a Oriente Próximo, información que se repetirá por parte española en cada ocasión en que se precise. El presidente del Gobierno español calificó estos contactos como «sumamente positivos y provechosos».

Sobre la posibilidad de que España asuma un papel de mediación entre el mundo árabe y Europa, Suárez descartó plenamente esta posibilidad, «lo que no significa que mantengamos unas especiales relaciones con el mundo árabe y que estas relaciones comporten un conocimiento más real de la situación en Oriente Próximo que el que puedan tener otros países. Ello hace que tengamos una posición que puede ser muy positiva respecto, del mundo occidental. España ha mantenido una postura clara respecto a esta zona del mundo, una postura que seguiremos defendiendo, por ejemplo, en relación con los derechos del pueblo palestino, tema este que ponemos de relieve en todas nuestras conversaciones bilaterales con el mundo occidental».

La Conferencia de Seguridad

Ampliando el tema de la próxima Conferencia de Seguridad Europea, Suárez señaló que tanto la RFA como España se congratulan de que Estados Unidos y la Unión Soviética respalden su celebración. «En este sentido, España», dijo Suárez, «propicia una solidaridad internacional, pero es un país inmerso en el mundo occidental, con todo lo que esto conlleva, aunque España tiene unas áreas específicas tradicionales en su acción exterior, como es, por ejemplo, el mundo árabe.»

Sobre una adhesión de España a la iniciativa en favor del boicot olímpico, Suárez dijo que «nuestra posición es muy clara: deseamos que se den las circunstancias necesarias que permitan una participación universal en los Juegos Olímpicos», y que la «decisión última la tendrá, en nuestro caso, el Comité Olímpico Español». Sobre una decisión definitiva del Gobierno, a nivel político, Suárez dijo que «quizá se tome ésta más adelante».

El presidente del Gobierno había salido para la RFA poco después de la una de la tarde de ayer, en un avión Mistére, acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja; el jefe de su gabinete, Alberto Aza, y el director general para Asuntos de Africa y Oriente Medio, señor Aguirre-Bengoa.

La presencia de este último alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores en el séquito de Suárez se interpretó como una confirmación de que en la entrevista entre los dos jefes de Gobierno se iba a pasar revista a la situación en Asia Central y Oriente Próximo, tras la intervención militar soviética en Afganistán.

La repentina visita de Adolfo Suárez a Bonn se decidió durante el fin de semana y tras que el presidente del Gobierno mantuviese dos conversaciones telefónicas con el canciller Helmut Schmidt el viernes y el sábado.

Según fuentes diplomáticas españolas, los dos jefes de Gobierno quisieron ayer estudiar los cambio producidos en el escenario internacional desde su última entrevista, especialmente después del viaje del secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, a Europa, en el que no consiguió un apoyo europeo unánime a las medidas anunciadas por la Administración Carter tras la invasión soviética de Afganistán. La grave enfermedad del mariscal Tito, el futuro de la Conferencia Europea de Seguridad y Cooperación y los recientes viajes de Suárez a Washington y posteriormente a Irak y Jordania ocuparon parte importante de la improvisada agenda de trabajo.

El presidente Suárez, que se declaró muy satisfecho del resultado de sus conversaciones con el canciller Schmidt, emprendió viaje de regreso a Madrid a las ocho y media de la noche de ayer y llegó a la capital española a las once de la noche. Dijo que había acordado entrevistarse nuevamente con Schmidt con la frecuencia que aconsejen las circunstancias.

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