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Casi la mitad del Gobierno hace campaña por la abstención en Andalucía

Cerca de la mitad de los miembros del Gobierno desembarcaron ayer sobre Andalucía para contrarrestar la campaña favorable al referéndum del próximo día 28, que está siendo conducida por los partidos de izquierda y el presidente de la Junta. A su vez, seiscientos intelectuales y artistas, llegados desde Madrid en una decena de autobuses, recorren intensamente las provincias de Andalucía oriental para contribuir a la propaganda del sí, que cuenta además con la presencia de Felipe González y Santiago Carrillo. Este esfuerzo final de unos y otros en defensa de sus respectivas posiciones ha incrementado notablemente el interés de la campaña.

El ministro de la Presidencia. José Pedro Pérez-Llorca, aseguró ayer en Málaga que en el referéndum no se juega realmente más que la hegemonía dentro de la izquierda española. Después de afirmar que el PCE es el único partido que defiende una opción opuesta a la de UCD, acusó al PSOE de haberse dejado arrastrar lamenteblemente.Por su parte, el ministro de Hacienda, Jaime García Añoveros, explicó en Córdoba la política centrista para la financiación de las autonomías, que se hará a través de la participación en los ingresos del Estado, ya que -advirtió- los impuestos propios de las comunidades «serán muy reducidos en posibilidades recaudatorias». Anoche se sumó también a la campaña el presidente del Congreso, Landelino Lavilla.

Por parte de la Junta y de los partidos de izquierda, el mayor esfuerzo se concentra en las provincias de Andalucía oriental, temerosos de que la consulta pueda fracasar en ellas. Rafael Escuredo aprovechó su visita a Granada para afirmar que el pueblo andaluz está dispuesto a alcanzar el autogobierno «a toda costa», y retó a Adolfo Suárez a un debate en Televisión, por el primer canal y a hora de gran audiencia. A cambio de este encuentro, ofreció su dimisión.

Los sectores implicados en la campaña coinciden en que, sea cual sea el resultado, el 28 de febrero se juega algo importante en una región que reúne el 17% de la población española. Las diferencias están en el procedimiento a seguir para dar cauce al sentimiento autonómico, evidente en el conjunto del pueblo andaluz, así como en el aprovechamiento político que unos y otros hacen de este enfrentamiento. Todo depende de la abstención, que en pasadas consultas no cesó de aumentar regularmente -se duplicó entre diciembre de 1976 y abril de 1979-, aunque falta por ver cuál será el impacto de la campaña por un tema específicamente andaluz.

Páginas 18, 19, 20 y 21

Editorial en página 10

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