Israel niega haber experimentado una bomba atómica con ayuda surafricana

El Gobierno israelí desmintió ayer la noticia difundida por la cadena de televisión norteamericana CBS en la que se aseguraba que Israel había participado en la explosión nuclear registrada el pasado 22 de septiembre frente a la costa surafricana.

Tanto el ministro de Defensa, Ezer Weizman, como el portavoz del Gobierno israelí, Zev Chafets, negaron que su país hubiese tenido nada que ver con el misterioso halo de luz que fue observado a finales de septiembre por los satélites norteamericanos y que algunos científicos atribuyeron a una explosión nuclear. Por su parte, el Departamento de Estado norteamericano afirmó ayer no poseer pruebas concretas de que el Estado hebreo haya llevado a cabo una explosión nuclear. También las autoridades surafricanas, que hace ya meses habían negado haber realizado una prueba nuclear, reiteraron ayer su mentís.En sus declaraciones a la prensa, el portavoz del Gobierno judío afirmó, tras recordar que no era la primera vez que su país había sido acusado de poseer bombas nucleares, que Israel no sería el primero en introducir armas atómicas en Oriente Próximo.

Uranio surafricano

La información de la CBS norteamericana, difundida el jueves por la noche, se basaba en el manuscrito de un libro, escrito por dos periodistas israelíes, en el que se asegura que Israel posee «varias docenas de bombas atómicas y varias bombas de hidrógeno».Uno de los autores del libro, Ami Dor-On, directivo del diario Haaretz y ex portavoz de la compañía aérea EL AL, confirmó que él y El Teicher, también periodista, habían escrito un Ebro sobre la historia de la producción de la bomba atómica israelí pero se negó a revelar su contenido, señala el corresponsal del New York Times en Jerusalén, en una crónica que ha sido censurada por las autoridades hebreas.

«No puedo decir nada», declaró Ami Dor-On, «he entregado mi libro a la censura y estoy esperando noticias». La ley israelí estipula que todos los escritos sobre asuntos militares y de seguridad deben ser sometidos a la censura militar.

La información de la CBS, cuyo autor es su corresponsal en Israel, Dan Ravid, citaba a «fuentes informadas» para asegurar que «la misteriosa luminosidad registrada frente a las costas de Africa del Sur, en septiembre último que pro-, vocada por la expLosión de una bomba nuclear israelí-surafricana».

Basándose en el manuscrito, CBS añadía que el arsenal nuclear israelí ha sido constituido gracias a las entregas de uranio de Africa del Sur. Estas entregas han sido organizadas en base a un acuerdo firmado entre Pretoria y Jerusalén en la década de los cincuenta. Este acuerdo secreto preveía el intercambio de uranio por tecnología nuclear.

La cuestión de la capacidad nuclear de Israel ha sido examinada en varias ocasiones anteriores por la CIA y el Consejo Nacional de Seguridad norteamericano. En enero de 1978, la CIA reveló que a principios de 1974 Israel había fabricado armas atómicas en parte gracias al uranio obtenido por «conductos clandestinos».

Otro documento elaborado por la Administración estadounidense y publicado en noviembre de 1977 revelaba que los servicios secretos norteamericanos sospechaban que Israel se había hecho con los 906 gramos de uranio enriquecido que desaparecieron de la central nuclear de Pensilvania en 1965. Otros informes elaborados en Gran Bretaña y EEUU llegan generalmente a la conclusión de que Israel está en condiciones de producir armas nucleares.