España aumenta en un 40% su contrato de compra de petróleo iraquí para 1980

El presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, debatió ayer en Amman con el rey Hussein de Jordania la crisis política y militar de Oriente Próximo. Momentos antes de iniciar su visita oficial al reino hachemita, el presidente Suárez se declaró plenamente satisfecho de los resultados de su estancia en Irak y anunció que España aumentará en un 40% -en 2.250.000 toneladas- su contrato de compra de crudos iraquíes para 1980.

«España no ha tenido nunca tan seguro su abastecimiento anual de petróleo como lo tiene ahora», declaró Adolfo Suárez, sonriente, a los informadores españoles que cubren su primer periplo por Oriente Próximo. Suárez anunció un aumento de crudos, que se esperaba y justificaba el viaje a Bagdad -sobre todo, una vez conocida la interferencia de Hassan II-, y lo presentó como un éxito in situ. «En las conversaciones preliminares con el ministro de Energía no salían los números, y vimos que la cosa era difícil», dijo el presidente quien añadió: «Luego, en la conversación que mantuve con Saddam Hussein, el tema se arregló, a pesar de los números.» Suárez añadió que no podía hablar de tipos ni de precios de crudos, para evitar toda interferencia de terceros países y para justificar la ausencia de este tema en el comunicado final.Indiscutiblemente, este es un resultado que justificaba el viaje Según Suárez, España tiene casi cubierto su aprovisionamiento de petróleo para 1980, «nos falta un 3%», añadió, pero no consiguió una garantía móvil de aprovisionamiento, por si fallara algún proveedor de manera imprevista. Sobre este tema, que constituía uno de los puntos fuertes de la petición hispana, el presidente dijo que no había nada concreto, aunque la puerta de un nuevo diálogo permanecía abierta.

En el plano político, el resultado de sus conversaciones en Bagdad se centra en el intercambio de informaciones. «Estos contactos directos e intercambios de puntos de vista constituyen el objetivo central de mi viaje», señaló el presidente con referencia a sus visitas a Irak y Jordania. Añadió que habló en Bagdad con Sadam Hussein sobre la crisis de Oriente Próximo, y después de insistir en que no actúa como mediador, dijo que había informado al presidente iraquí de la posición española sobre el tema, que ante los informadores se negó a calificar como «plan Suárez para Oriente Próximo».

A este respecto, el presidente comparó esta crisis a «un enorme tablero de ajedrez», donde se juega la gran partida del mundo árabe, e insistió en la idea de que España apoya la causa palestina y la solución global al conflicto.

El comunicado final conjunto señala que ambas partes declaran su preocupación por la situación en la región árabe y piden la retirada de Israel de todos los territorios ocupados, incluida la parte este de Jerusalén.

También en sus conversaciones con el presidente de Irak, Suárez habló sobre el manifiesto árabe de Sadam Hussein, ya aceptado por los reyes de Marruecos y Jordania, y el presidente español lo consideró positivo en principio, aunque anunció que iba a estudiarlo a fondo y que interesaba a España por ser país vecino de la nación árabe. Partiendo de este manifiesto, Suárez dedujo ante los informadores que Bagdad es favorable a una solución pacífica y negociada de la crisis del Sahara y a la retirada de las bases soviéticas que se mantienen en Libia. Asimismo, el presidente español se mostró partidario de la pronta celebración de una conferencia mundial de desarme, de la pacificación del océano Indico y del refórzamiento del diálogo euroárabe que los países de la CEE mantienen con las naciones del sur mediterráneo.

Estancia en Jordania

El intercambio informativo fue en Animan el punto central de la visita de Suárez a Jordania. El presidente español fue recibido por el primer ministro jordano, Sherif Abdel Hanimad Sharaf, en el aeropuerto de la capital hachemita. Posteriormente asistió a un almuerzo privado que, en su honor, le ofreció el rey Hussein en el palacio real y al que asistieron los ministros españoles de Asuntos Exteriores y de Comercio, Oreja y García Díez, respectivamente. Antes del almuerzo, el presidente Suárez conversó en privado con el rey Hussein, a quien le transmitió un mensaje de su «amigo» el rey Juan Carlos. En esta conversación, Hussein informó a Suárez de la situación de la crisis árabe-israelí, y Suárez, al monarca, de la perspectiva española.

Según fuentes hispanas, Adolfo Suárez destacó como muy positiva la actitud moderada de Jordania en el conflicto y reiteró la posición hispana de que toda solución al mismo debe ser global y de acuerdo con las resoluciones de las Naciones Unidas.

En el plano bilateral, Suárez abordó diversos-temas, relativos a la cooperación cultural y militar hispano-jordana, con referencia a la homologación de títulos de medicina, ampliación de becas de estudio e instrucción en España de militares jordanos.

Se espera que hoy obtengamos más información de esta visita, que concluirá por la mañana con una conversación que el presidente Suárez mantendrá con todos los embajadores españoles acreditados en la zona de Oriente Próximo.