El carbón y el átomo desplazarán al petróleo en el año 2000

El petróleo habrá perdido su puesto de honor como principal fuente de energía en el año 2020, aunque su importancia relativa será todavía notable, especialmente en aquellos países que hayan ignorado las recomendaciones para que vayan sustituyendo paulatinamente su dependencia del petróleo por otras fuentes energéticas alternativas, como el carbón y la nuclear, según se desprende del estudio-análisis sobre la demanda mundial de energía 1980-2020, realizado por el laboratorio norteamericano de Brookhanven, bajo los auspicios de la Agencia Internacional de Energía (AIE).

Este estudio, basado en un análisis de ordenador sobre la demanda de energía en quince países de AlE (incluida España), entre los años 1980 y 2020, permite asegurar que el carbón y la energía nuclear, separadamente, habrán superado en importancia al petróleo como fuente principal energética, pero sólo en el caso de que los Gobiernos abracen una política clara de sustitución energética.En caso contrario, y si la demanda de energía continúa la actual tendencia, el petróleo mantendrá su importancia relativa, que sólo será comparable con el aumento de la dependencia del carbón y, en menor medida, por la energía nuclear. En ambos supuestos, sin embargo, las fuentes renovables de energía (solar, eeólica, etcétera) no superarán un 2% del consumo total, lo que demuestra la escasa importancia que estas fuentes energéticas tendrán en el futuro inmediato y en el mejor de los casos.

Las conclusiones del análisis de la AlE, conocido como el «modelo Markal», fueron presentadas ayer en Madrid por su director, el profesor Vance L. Sailor, en el curso de una extensa conferencia en la sala de actos del Instituto Nacional de Industria (INI). El profesor Sailor explicó que las conclusiones, dentro de los márgenes de error de los estudios futuristas, son teóricamente válidos, aunque los presupuestos sobre los que se han realizado van en función de factores complejos, aunque referidos al momento presente.

El estudio del profesor Sailor analiza dos tipos de escenarios en cuanto a la demanda de energía en los próximos cuarenta años. El primero de ellos se basa en que la actual tendencia en el consumo se mantenga durante el período considerado y los Gobiernos de los quince países miembros no hagan, o no puedan hacer nada para modificarla. El segundo presupuesto implica que los Gobiernos han realizado esfuerzos vigorosos para restar importancia al petróleo, como fuente energética de difícil, arriesgada y costosa obtención, por otros energéticos.

En ambos casos, se ha partido de un incremento en el consumo anual de energía correspondiente a un aumento modesto en el PIB de cada país, en un abanico entre el 2% y el 7%. También se parte de que el consumo actual acumulado de los quince países considerados es de 3.600 millones de toneladas de equivalentes de petróleo y que la distribución, según las diferentes fuentes energéticas, es de un 47,7% para el petróleo, un 20% para el carbón, un 18,6% para el gas, un 6,1% nuclear, un 6,6% de hidroeléctrica y un 0,6% de fuentes renovables.

En el escenario primero considerado, el estudio señala que el consumo de petróleo y gas se mantendrá constante hasta el año 2000, y comenzará a decrecer ligeramente en los veinte años restantes. Para compensar la multiplicación por dos en el consumo energético que experimentarán los quince países considerados, el estudio estima que aumentará notablemente el consurno, de carbón y de energía nuclear, mientras que lo harán ligeramente el hidroeléctrico y, un poco más, el de fuentes renovables.

En el escenario dos, el consumo de petróleo experimentará una inversión a partir del año 2000, aumentará mucho más el de carbón y energía nuclear y aumentarán algo más los resultantes de fuentes renovables e hidráulica.

En total, el profesor Sailor estimó que, en el año 2020, el cuadro de consumo energético será aquel resultante de un incremento del 8% en el consumo de carbón sobre los niveles actuales,.un 10% en el de la energía nuclear, un mantenimiento a los niveles actuales del consumo hidroeléctrico y un aumento del 2% en el de fuentes renovables. El petróleo, por tanto, habrá decrecido en su consumo a un 16% o a un 23% de laparte proporcional actual, según el escenario considerado. En el año 2000, esta relación será del 26%-33%.

Una de las conclusiones más relevantes del análisis computarizado del laboratorio norteamericano se refiere al tema de la energía nuclear y a la importancia que debe tener esta en la producción de energía eléctrica. El estudio estima que las necesidades eléctricas se habrán doblado de aquí al año 2020, y añade que la única vía posible de obtención de esta energía adicional es la nuclear. Peró a la hora de analizar la situación que ofrece el tema nuclear en el momento presente, con varias amenazas de retrasos y moratorias en los quince países analizados y con el grave interrogante de los difíciles y limitados suministros de uranio, el estudio considera fundamental la introducción de los reactores rápidos (los breeder reactors) antes de año 2000, si realmente se quiere afrontar con éxito unas necesidades dobladas de energía para entonces.

Para enfatizar la importancia de la energía nuclear, el estudio certifica que «los escenarios de moratorias nucleares que se han analizado indican que las nuevas tecnologías sobre la base del uso del carbón y las fuentes renovables son inadecuados para sustituir el descenso en el uso de la energía nuclear».

En el capítulo de conclusiones, el estudio señala que, pese a las premisas de la necesidad de un mayor aumento en el uso de la energía nuclear y en el carbórijos métodos tecnológicos más efectivos para hacer frente al futuro continuarán siendo, sobre todos los demás, aquellos que resultan de una política de conservación y eficiencia en el uso de la energía.