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Dos jóvenes de izquierda asesinados en Guipúzcoa y Madrid por la extrema derecha

El llamado Batallón Vasco Español, sigla que ha aparecido detrás de atentados cometidos por la extrema derecha, reivindicó ayer los asesinatos de un simpatizante de Euskadiko Ezkerra en Eibar (Guipúzcoa) y de una joven de diecinueve años en Madrid, miembro esta última de la coordinadora de estudiantes que ha intervenido en los últimos movimientos reivindicativos registrados en la capital de España. Altos mandos de la policía, consultados por EL PAÍS, consideran estas muertes como actos de represalia por los atentados contra seis guardias civiles en el País Vasco, ocurridos el día anterior, y expresaron sus temores de que esta oleada de venganzas pueda continuar. Un tercer cadáver -al parecer, miembro del comando de ETA que atentó contra los guardias civiles- fue encontrado ayer en las proximidades del cementerio de Ermua (Vizcaya).

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Asesinado un simpatizante de Euskadiko Ezkerra en Eibar

El cadáver de una joven con la cabeza destrozada fue encontrado a las 8.25 de la mañana de ayer por miembros de la Guardia Civil -a quienes había alertado un particular- en el kilómetro tres de la carretera de San Martín de Valdeiglesias, en las afueras de Madrid. Tres horas más tarde del hallazgo del cadáver, la agencia Efe recibió un comunicado del denominado Batallón Vasco Español, en que reivindicaba la muerte de la muchacha y daba como razón del hecho su supuesta militancia en ETA. La nota que reivindicaba el asesinato de la muchacha terminaba con la frase « iArriba España!».A las diez de la noche, fuentes solventes de la policía comunicaban a EL PAÍS la identificación de la joven -Yolanda González Martín, de diecinueve años- y la sospecha de que pudiera tratarse de una represalia por la muerte de seis guardias civiles en el País Vasco el día anterior, así como la posibilidad de que la muchacha hubiera sido confundida con otra persona. A su vez, la Coordinadora de Estudiantes de Enseñanza Media anunciaba que Yolanda González era miembro de la misma, y protestaba duramente por la criminal acción.

Tras unas horas de confusión en torno a la filiación política de la muchacha -originada por la acción del Batallón Vasco Español- pudo determinarse que pertenecía al Partido Socialista de los Trabajadores (PST), formado el pasado mes de noviembre a partir de una escisión de la LCR, en la que había militado hasta dicha fecha. El PST es un partido que condena la violencia.

Yolanda González había nacido en Deusto (Vizcaya), hija de un obrero del metal, y habitaba un piso de la calle Tembleque, en el barrio de Aluche, junto con una amiga. Estudiaba primer curso de electrónica en el centro de formación profesional de Vallecas, al que representaba en la Coordinadora de Enseñanza Media y Formación Profesional de Madrid. Por las tardes, la joven trabajaba como empleada doméstica.

La amiga con la que vivía Yolanda y dos amigos, de paso por Madrid, que habitaban provisionalmente en el piso de aquélla, fueron reclamados por la policía tanto para su declaración sobre la compañera asesinada como para su protección personal. Se sabe que estos tres jóvenes despidieron en la noche del viernes a Yolanda en la Gran Vía madrileña; ella marchó sola a su piso antes que sus compañeros, y cuando éstos regresaron a la casa, sobre las doce de la noche, con la intención de pernoctar allí, se encontraron todo revuelto, las luces encendidas, las ropas tiradas y Yolanda que ya no estaba. Esta última debió ser secuestrada entre las once y las doce de la noche del viernes, y ya nadie volvió a verla hasta que fue encontrado su cadáver en la mañana del sábado.

Según los datos que han podido conocerse, el cuerpo fue hallado junto a una caseta de peones camineros, y en el lugar se recogieron tres casquillos de bala, uno del nueve corto y dos de nueve milímetros parabellum. La identificación sólo fue posible por las huellas dactilares, ya que tenía-la cara completamente desfigurada. La joven vestía un pantalón vaquero y un jersey de cuello alto, color fila; tenía el cabello muy largo, de color oscuro, y los ojos color verde. Medía 1,65 metros de estatura y calzaba zapatos negros, tipo mocasín. En el dedo anular de la mano izquierda llevaba un anillo de plata, grabado con la cruz del laburu.

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El comunicado

Fuentes oficiales niegan que el asesinato de Yolanda González tenga relación con la huelga estudiantil

EL PAÍS se puso al habla con la Coordinadora de Estudiantes de Enseñanza Media y Formación Profesional de Madrid, donde facilitaron una nota en la que muestran su repulsa por «el criminal asesinato de la compañera Yolanda González Martín».La nota, después de afirmar que «el asesinato concreto de la compañera Yolanda, conocida por todos nosotros, pretende desmoralizar a los miles de estudiantes que hoy nos estamos levantando por nuestras reivindicaciones » y de añadir que no conseguirán ese propósito, añade que «rechazamos las acusaciones que sobre la compañera Yolanda se realizan y atestiguamos su vinculación con el movimiento estudiantil, concretada en su militancia con los compañeros trotskistas en el Partido Socialista de los Trabajadores». Por fin, la nota advierte «del peligro que presumimos están corriendo otros dos compañeros de los que actualmente desconocemos su paradero».

Pese a la insistencia de los estudiantes en mostrar la vinculación de Yolanda González con el movimiento estudiantil -en la sede de la coordinadora reinaba anoche cierta confusión-, fuentes oficiales afirmaron anoche a EL PAIS que «este asunto no tiene nada que ver con la universidad», y que está comprobado que no pertenecía a ETA, pero las mismas fuentes oficiales aceptaban la hipótesis de que el asesinato fuera una represalia por el atentado a los seis guardias civiles del País Vasco, y que posiblemente el asesinato de la joven ha sido llevado a cabo por los mismos que mataron ayer a un simpatizante de Euskadiko Ezkerra en Eibar (Guipúzcoa).

Según las mismas fuentes oficiales, las primeras investigaciones policiales en torno al suceso de Madrid van encaminadas a determinar el teletipo en el que se perforó la cinta enviada a la agencia Efe con la reivindicación del atentado.

Las citadas fuentes expresaron sus temores de que esta ola de violencia no se detenga aquí, y que las represalias puedan continuar, a pesar de las medidas de seguridad que las autoridades tratan de establecer. El ambiente que reinaba anoche en altos mandos de la policía reflejaba preocupación ante la posibilidad de que las venganzas continúen.

El gobernador de Madrid expresaba ayer oficiosamente su consternación ante el asesinato de Yolanda González y la seguridad, a tenor de los informes policiales en su poder, de que se encontraba ante un asesinato totalmente desconectado del movimiento estudiantil y fruto de un error de los criminales al confundir a la víctima con una presunta activista de ETA. En la tarde de ayer, el Gobierno Civil de Madrid desarrolló una intensa labor de protección sobre las personas próximas a la muchacha.

Por su parte, el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), del que formaba parte Yolanda, facilitó una nota a primeras horas de la madrugada de hoy en la que interpreta el hecho dentro de la «oleada criminal que el fascismo ha desatado indiscriminadamente».

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