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MURCIA

"Golpe" a lo "rififi" en un banco de Aguilas por valor de cien millones de pesetas

El botín obtenido por los ladrones de la sucursal del Banco Popular de Aguilas podría superar los cien millones de pesetas. A los seis millones que obtuvieron en billetes habría que sumar el contenido de 56 de las 63 cajas de seguridad particulares que se guardaban en la entidad.

Pese a que los afectados, en su mayoría, se niegan a hacer declaraciones sobre el contenido de las cajas y su valor, diferentes fuentes dan un promedio de dos millones para cada una de ellas. Esa fue la valoración aproximada que hizo un matrimonio afectado.El atraco se pudo producir, en cualquier momento desde la hora de cierre del sábado a la de apertura del lunes, por lo que los ladrones tuvieron tiempo suficiente para su huida, que incluso hay quien afirma se pudo producir a través del mar. Los asaltantes debían conocer perfectamente el funcionamiento de los sistemas de alarma y el emplazamiento de la cámara acorazada, cuyos sensores no funcionaron.

Si sobre la cantidad sustraída todo son especulaciones, otro, tanto ocurre con el número de asaltantes. Pese a todo, parece ser que al menos dos personas entraron en la entidad bancaria a través de una trampilla de las varias que existen en la parte superior de las ventanas del edificio. Una vez dentro del banco, los ladrones consiguieron moverse sin que funcionaran los sistemas antirrobo y evitaron la alarma de la cámara acorazada al introducirse en ella por el techo. Los sensores no funcionaron porque su radio de acción se reduce a la puerta, según declaraciones del jefe nacional de seguridad, José Labella.

El boquete practicado por los ladrones en el techo fue hecho, al parecer, con un soplete o una taladradora. El jefe de seguridad, señor Labella, prohibió a los informadores hacer fotografías del interior de la cámara acorazada donde están instaladas las 56 cajas robadas, que ha sido precintada por orden judicial. A primeras horas de ayer no había finalizado todavía la relación del contenido de las cajas de seguridad, una de las cuales había sido alquilada, al parecer, por el presidente de la Diputación, el socialista Carlos Collado. De los propietarios manifestó el director del banco, Manuel Massotti, sólo un 10% son extranjeros; los restantes son personas afincadas en esta zona veraniega murciana. El director del banco manifestó que era la primera vez que la sucursal era robada, y «espero que sea la última», añadió.

Por su parte, el señor Labella afirmó que el banco tenía suscrito un seguro de robo que cubre, como máximo, medio millón de pesetas por caja.

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