Martín Villa: "El artículo 151 de la Constitución deshace la funcionalidad del Estado"
Rodolfo Martín Villa ha desempeñado un importante papel en el replanteamiento del proceso autonómico que ha asumido UCD. La firme decisión adoptada el pasado día 15 por el partido del Gobierno en el sentido de propugnar el artículo 143 de la Constitución como el sistema idóneo para el acceso al autogobierno de los distintos pueblos de España, una vez dictaminados los estatutos de las nacionalidades históricas, fue en gran medida inspirada por él.
Todo comenzó el 3 de octubre del pasado año, cuando el presidente Suárez le telefoneó para felicitarle con motivo de su cumpleaños -45- y obsequiarle con la presidencia de una comisión que iba a crearse en el seno del comité ejecutivo centrista para racionalizar el desarrollo de las autonomías.En pocos días, Martín Villa elaboró un informe en el que destacaba la necesidad de establecer un ritmo sosegado en el proceso y que ello podría conseguirse por medio del artículo 143 de la Constitución. Al mismo tiempo abogaba por la concesión de un nivel de competencias análogo para los diversos territorios «con el fin de asegurar la funcionalidad del Estado». Sus criterios merecieron el beneplácito de la dirección del partido y su informe, sobre cuya aplicación mantuvo serias dudas, sirvió de base para el documento divulgado el 16 de este mes, en el que UCD ha definido su nueva estrategia autonómica.
Pregunta. ¿Cómo llegó UCD a la decisión de apoyar el acceso a la autonomía únicamente por la vía del artículo 143 de la Constitución?
Respuesta. A finales de noviembre, los miembros del comité ejecutivo acordamos que todos los procesos autonómicos deberían seguir el procedimiento previsto en el artículo 143 del texto constitucional. En algunos compañeros, la decisión pudo estar motivada por un cierto temor hacia la izquierda, pero para mí esto no era lo decisivo. Sobre todo después de la experiencia recogida tras la discusión de tres estatutos quedó patente que era necesario seguir un sistema coherente.
P. ¿Por qué tardaron entonces dos meses en convertir en acción ejecutiva aquel acuerdo?
R. Por mal funcionamiento de la maquinaria del partido. Esto hizo que muchos dudasen de que los acuerdos se fuesen a aplicar; yo mismo no tenía demasiada fe en que se llegasen a cumplir.
P. ¿Qué factores influyeron de forma más decisiva en el replanteamiento autonómico de su partido?
R. Los debates del Estatuto gallego fueron un ejemplo de incoherencia. Se ha criticado mucho la actuación que sostuvimos entonces en la Comisión Constitucional, cuando lo único que hicimos fue introducir un poco de orden en el tema autonómico, a pesar de que, como partido mayoritario en Galicia, nos hubiese resultado más ventajoso establecer un sistema de negociaciones por comisiones mixtas en vez de dejar la delimitación de competencias en manos del Parlamento, donde no tenemos la mayoría absoluta.
Al mismo tiempo hemos visto que seguir la vía del artículo 151 de la Constitución deshace la funcionalidad del Estado. Exige tres consultas populares, lo que podría llevarnos a tener elecciones o referendos cada veinte días durante varios años, cuando está claro que con el artículo 143 se puede llegar a las mismas competencias y poseer idénticos organismos de Gobierno, ya que si el 151 obliga, el 143 permite. En el caso concreto de Andalucía, pienso que es factible que pueda adquirir competencias incluso antes si accede a la autonomía por la vía del 143 que si lo hace por el 151, porque si no recuerdo mal, el Estatuto de Carmona fija unos plazos bastante amplios para los traspasos. Lo fundamental es la forma de elaborar el Estatuto y cómo se acompaña; a través del 151 la negociación es bastante irracional, sobre todo cuando no hay referencia a una ley general. ¿Quién asegura algo coherente con unos debates contra reloj que obligan a discutir cuestiones trascendentales a altas horas de la madrugada?
P. Si tantos peligros conlleva la vía del 151, cabe preguntarse por las razones que justífican la existencia de este artículo de la Constitución.
R. El artículo 151 se creó para dar una salida política a las autonomías vasca, catalana y gallega. Quizá fue una equivocación abrir expectativas excesivas en el tema autonómico y establecer un montón de preautonomías, cuya efectividad es discutible, pero cuando se redactó la Constitución era difícil de prever la carrera de prestigio que surgió en relación con el artículo 151, y la valoración peyorativa del 143, valoración equivocada a todas luces. Porque, para mí, existe idéntica capacidad de autogobierno en todos los españoles.
Nos hemos dado cuenta después, pero no era de esperar esa fiebre autonómica por la vía del 151. Uno tiene sus dudas, después de los resultados del referéndúm, catalán, sobre si esa fiebre es fruto de un clamor popular o de la clase política.
P. ¿Con qué medios va a intentar UCD articular las autonomías por el artículo 143?
R. Existe un proyecto de estatuto, elaborado por el Ministerio de Administración Territorial, que puede resultar válido ya que, según tengo entendido, permite dotar a las comunidades autónomas de asamblea legislativa, consejo de gobierno y tribunal de justicia. Pienso que no es un estatuto molde, porque los órganos de gobierno tendrán que variar en base a la población de los distintos territorios, aunque sí debe comportar una cierta homogeneización en cuanto a competencias.
P. ¿Realizaron negociaciones con la oposición antes de adoptar este cambio de actitud?
R. Tendríamos que haberlo intentado, pero a la vista del comportamiento de la izquierda en los debates del Estatuto gallego me parece que no habríamos tenido demasiado éxito. Creo que el fallo nuestro ha estado más en no contarle el replanteamiento a nuestra propia gente que en no haber negociado con la oposición.
P. Sin embargo, ahora varios dirigentes socialistas y comunistas piden a UCD qué explique hacia dónde quiere llevar al país.
R. Responsables del PSOE se pronunciaron hace algún tiempo a favor del artículo 143, alguno llegó a afirmar que harían falta muchos años para estructurar adecuadamente el estado autonómico. Yo daría gracias a Dios si en el año 2000 tuviésemos esto ordenado y entiendo que, si se pierde el referéndum andaluz, tenemos posibilidades de poner orden en el tema.
P. ¿Ha elaborado UCD algún calendario para desarrollar los criterios fijados en torno al tema autonómico?
R. Se está estudiando. Habría que plantear un calendario fijo para concretar nuestros planteamientos en Andalucía, que es donde la cuestión está más cerca.
P. ¿Qué consecuencias electorales podría tener para UCD su cambio de estrategia en el tema autonómico?
R. Las elecciones generales están un poco lejanas todavía, pero yo no soy muy de partido en estas cuestiones. Prefiero que España sea gobernable por mis enemigos políticos que ingobernable por un afán de seguir en el poder.
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