Se proyecta crear una comisión legislativa sobre prevención de la delincuencia
Desde hoy hasta el sábado, ambos inclusive, se celebrará un Congreso Nacional sobre Fenomenología de la Delincuencia Juvenil (véase EL PAÍS del día 20), organizado por varias instituciones del Estado.
"Este congreso empezó a gestarse el pasado mes de junio, en base a la iniciativa de un grupo de funcionarios que contaban con experiencia de trabajo en este campo", informa Julio de Antón, director del Instituto de Estudios de la Policía y secretario general del congreso.
"La Dirección de la Seguridad del Estado se puso en contacto con la de Instituciones Penitenciarias, la de Educación Especial, la de la Juventud y la Obra de Protección de Menores, y de ahí se pasó a organizar el congreso." Añade: "Participarán unos 160 funcionarios, y esto es quizá lo más importante, el hecho de que sean precisamente funcionarios con experiencia quienes aborden este tema, y, como asambleístas, unas seiscientas personas, entre invitados nacionales y extranjeros."
Julio de Antón apunta como una de las características principales de este congreso la técnica del mismo. "Será distinta a la de otros, y se pondrá especial atención en el trabajo, según la dinámica de grupos y un espíritu de creatividad." La técnica tiene un papel sobresaliente en cuanto que, advierte, "el objetivo fundamental es encontrar la verdad de la delincuencia juvenil de entre las verdades parciales que cada una de estas instituciones y personas tienen de ella". En este punto insiste en que "toda tesis tendrá que ser sometida a un análisis realizado con gran rigor científico: no valdrá decir, simplemente, la delincuencia juvenil se debe al paro o a las drogas, porque hay países donde hay paro y no hay delincuencia juvenil, así es que todo habrá que demostrarlo y sopesarlo muy bien".
La mesa del congreso, como tal, no expondrá ninguna ponencia. "Cada uno de sus miembros tiene, por supuesto, una opinión, una visión al respecto", dice Julio de Antón, "pero cualquier cosa que nosotros opináramos a priori no podría entenderse más que a título exclusivamente personal: será el congreso quien emita conclusiones, nunca definitivas, naturalmente, pero siempre más rigurosas o, al menos, tendrán el refrendo colectivo de las sesiones asamblearias".
Sobre el nivel de vinculación que tales conclusiones podrían tener para el Gobierno, el secretario del congreso manifestó que "de momento, lo desconocemos: aunque intentamos que del congreso salga un ente que formule una política coherente a seguir sobre el estudio de la prevención delictiva en la juventud, incluso se está en la idea de crear una comisión legislativa a este efecto".
En cuanto a la documentación con que cuenta el congreso para empezar su trabajo, Julio de Antón explicó que "hay ya más de 2.000 folios de experiencias propias sobre la realidad española, aparte de las ponencias que se presentarán como fondo de documentación y otras de carácter extraordinario, lo cual permite ya hablar de un considerable material científico netamente español".
Respecto a algunos datos básicos del panorama español en delincuencia juvenil, señaló que el incremento desde 1974 a 1978 fue del 11%, y desde 1978 a 1979, del 20%. "Sin embargo", matizó, "nos encontramos muy alejados aún de Francia, Italia, Suiza y, desde luego, Estados Unidos, no sólo cuantitativamente, sino cualitativamente. Hay países donde el vandalismo juvenil está apareciendo con gran virulencia, por ejemplo, y en España apenas existen casos de este tipo."
Otros datos que habrán de ser tenidos en cuenta en este congreso fueron expuestos por los componentes de la mesa del mismo. Algunos tienen especial significación: el 33,6% de la droga consumida en España se contabiliza en edades de doce a veinticuatro años y la mayor parte de estos consumidores son de clase media.
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