El "coche" autonómico
Hemos podido conocer las manifestaciones de Abril Martorell, acerca de la decisión del comité ejecutivo de UCD de reconducir todos los procesos autonómicos a través del artículo 143 de la Constitución.En estas declaraciones, el señor Abril recurrió a un símil automovilístico, manifestando que el Gobierno es un conductor experto y que, como tal, sabe aplicar en todo momento «la velocidad adecuada a cada circunstancia».
En mi opinión, la conducción política de UCD, hasta la fecha, se ha limitado a la aplicación de dos velocidades: la primera velocidad, que, como todo conductor experto o novato conoce, sirve para proporcionar un arranque, incluso brioso, al vehículo, pero que no es susceptible de utilizarse durante un trayecto medianamente prolongado, y la marcha atrás, cuya denominación ahorra definiciones.
Estas dos marchas son las que se utilizan en una «maniobra» automovilística denominada estacionamiento (como todo conductor, experto o novato, sabe). Puesto que estacionamiento es sinónimo de paralización, deduzco (creo que con ciertos visos de verosimilitud) que la conducción del vehículo político por parte de UCD, en el caso concreto de las autonomías y en tantas otras cuestiones de similar importancia, es la de la paralización (estacionamiento) de un vehículo que, a mi entender, requiere una conducción un tanto más «deportiva», que. no menos experta: aplicación de la segunda, tercera e incluso la. cuarta velocidad cuando así se requiera, pero, eso sí, sin «pasar de vueltas» al motor, que no es una maniobra aconsejable, como cualquier conductor, experto o novato, conoce de sobra.