Los interventores de Hacienda constataron que no hay cuentas en RTVE
«El día 5 de marzo de 1979 se intentó llevar a cabo un arqueo en la caja central de Prado de¡ Rey, dependiente del servicio de administración, lo cual no fue posible, a pesar de los esfuerzos realizados.» La frase pertenece al informe de la auditoría realizada por el equipo de interventores de Hacienda en Radiotelevisión Española, que, tras varios meses de intentar poner en claro las cuentas del organismo, llegaron a la conclusión de que su labor era imposible. RTVE carecía de cuentas.
Sus 30.000 millones de pesetas en gastos presupuestados para este año y los casi 9.000 millones que recibe del Tesoro, con cargo a los impuestos que pagan todos los españoles, no parecieron motivo suficiente a los responsables del organismo para poner en marcha un plan contable elaborado en 1973 que permitiera conocer algo tan elemental como las cuentas anuales de pérdidas y ganancias, así como todos aquellos datos que suelen conformar la contabilidad de cualquier empresa.La información -contable, se entiende- sobra en Radiotelevisión Española, pero no sirve para nada. «Toda la indefinición general de funciones de la casa», dice el informe, «se refleja y extiende a los aspectos contables. » Por extraño que parezca, nadie se ha preocupado en RTV E de elaborar un manual o documento que especifique claramente las competencias, y funciones reales de cada uno de los departamentos, divisiones, órganos y puestos de las dependencias contables de la casa. Las denominaciones de los puestos directivos no suelen tener nada que ver con sus auténticos cometidos. El informe cita varios ejemplos. «Lo que se denomina división de contabilidad analítica no tiene nada que ver con lo que en todas partes se denomina contabilidad analítica.» Otras veces se crean puestos sin ton ni son, que se superponen o interfieren con los cometidos de otros ya existentes. También hay ejemplos. «El puesto de subdirector de contabilidad se ha superpuesto al antiguo jefe de servicio de contabilidad (que persiste), sin que a éste se le hayan modificado sus funciones.»
La carencia de datos y cifras fiables es generalizada. Los interventores reiteran a lo largo del informe su extrañeza porque cada unidad lleve sus propios estados de cuentas, sin que nadie haya previsto su centralización y normalización. Es imposible conocer la estructura de costes de cada dependencia, y mucho menos, la de todo el organismo. «Ocurre, por ejemplo, que una salida de dinero del Banco de España o de la cuenta corriente de la Caja Postal de Ahorros, ambas intervenidas, tropieza con la imposibilidad del sistema contable de determinar qué cantidad de dinero hay en la caja central de Prado del Rey, y mucho menos, en cualquiera de las cuentas bancarias no sujetas a intervención.» Dicho de otro modo, no hay manera de saber cuánto dinero hay en ninguna parte.
No se cumplen los cinco principios contables
El sistema contable de RTVE es, a pesar de su extraordinario volumen, francamente desastroso. Según el informe de la auditoría, «de los cinco principios de contabilidad que los tratadistas señalan como de obligado cumplimiento, RTVE sólo cumple uno, y mal». El recorrido por la aplicación de estos cinco principios es sumamente revelador: 1) No se puede hacer balance, porque no se conocen la financiación básica, el inmovilizado ni las existencias. 2) No existe el concepto de coste en RTVE. Sólo existe el de pago o el de gasto, pero faltan amortizaciones, consumos y otros muchos conceptos elementales. Lógicamente, no pueden determinarse resultados y no se sabe si se gana o se pierde dinero. 3) No se pueden fijar presupuestos funcionales. porque no se conoce la función de nadie y por las deficiencias del sistema contable. 4) No hay control interno de la gestión. 5) La vigilancia en la ejecución del presupuesto es lo único que ha comenzado a cumplirse (se refiere a principios de 1979), pero se realiza mal. Existe una gran duplicidad de órganos proponentes de gastos y un absoluto descontrol sobre lo que posteriormente se gasta. No cuadran ninguna de las cifras dadas por los distintos departamentos para un mismo capítulo presupuestario.
Pero tampoco existe constancia en RTVE de lo que se ha comprado. o vendido; es decir, de lo que se posee. Ninguno de los departamentos y dependencias de RTVE posee un inventario elemental de sus existencias. Al parecer, durante el desarrollo de la auditoría varios responsables de departamento ordenaron la confección apresurada de un inventario de lo que había a su cargo en aquel momento. El juicio de los interventores es contundente: «El funcionamiento contable descrito anteriormente supone ir olvidando las compras y adquisiciones de bienes duraderos, que incrementa con el tiempo el problema de la ausencia de inventario:»
Los "laberínticos" circuitos financieros
La historia de los circuitos financieros que emplea o ha empleado Radiotelevisión Española merece un capítulo especial en el informe de la auditoría. Capítulo que comienza señalando: «La auditoría de los circuitos financieros se ve prácticamente imposibilitada por la inexistencia de mecanismos de control adecuados, ausencia de una contabilidad fiable, multiplicidad de centros vinculados al proceso financiero e indeterminación de responsabilidades.»
Durante los primeros diecinueve años de su historia, hasta 1975, RTVE mantuvo una autofinanciación a partir de sus ingresos publicitarios. Ello motivó, ajuicio de los interventores, que no se instrumentaran unos mecanismos eficaces de control de gestión internos. En el trienio siguiente (1976-1978), las insuficiencias presupuestarias de RTVE se cubrieron mediante la tramitación de suplementos de crédito por importe similar a los déficit registrados, sin mayores especificaciones. A juicio de los autores del informe, el funcionamiento de RTVE dentro de la Dirección General de Radiodifusión y Televisión, en el antiguo Minis-
Los interventores de Hacienda constataron que no hay cuentas en RTVE
terio de Información y Turismo, primero como servicio público englobado en la propia dirección general y posteriormente como organismo autónomo, «acarreó no pocos problemas de ingresos, pagos y reintegros presupuestarios». RTVE no tuvo en esas etapas ningún tipo de presupuesto. En 1975 se incluían bajo «gastos de programación» el 87,66% de los pagos totales del organismo. Sus aportaciones de fondos se canalizaban a través de la Oficialía Mayor del Ministerio, en concepto de entregas a justificar y posteriormente los órganos rectores de RTVE aportaban facturas y notas. «Así, RTVE era un mero gastador y recopilador de facturas y nóminas, sin presupuesto, a pesar de la gran cantidad de departamentos y personal supuestamente encargados de ello. Por otra parte, los pagos se realizaban conforme se obtenían los ingresos, sin esperar el trámite de reintegro, incumpliendo con ello lo dispuesto en la ley General Presupuestaria.»Desde 1977 la situación varió, al menos teóricamente. La ley de Presupuestos Generales de ese año (en vísperas de las primeras elecciones generales) estableció que el Gobierno debería aprobar una previsión de todos los ingresos y gastos de RTVE. La aprobación se produjo en mayo de ese año y a partir de ese momento el organismo pasó a tener autonomía de funcionamiento en lo que a gestión económica se refiere. Pese a todo, persiste una nociva superposición de funciones, entes y personas entre el organismo RTVE y los servicios de la DG del Ministerio de Cultura (hoy transferidos a la Secretaría de Estado para la Información).
Al examinar los circuitos financieros de RTVE los interventores son concluyentes y los califican de laberínticos. En el capítulo de los ingresos del organismo se dice: «Cada fuente de ingresos tiene su circuito especial y éstos no tienen normas de aplicación generalizada. No existe un centro único que controle a los deudores. La entidad de presupuestos no controla todas las fuentes y en las que controla lo hace muy mal. Es paradójico que el control en la gestión de las fuentes de financiación esté encargado a la Dirección General y no a RTVE.» La situación se complica al estudiar las fuentes de financiación. «Se utilizaron en la auditoría estimaciones de facturación para 1978. en lugar de los ingresos efectivos (no estaba cerrada en mayo de 1979 la contabilidad mecanizada del año anterior). pero no coincidían con las cifras de la intervención delegada referentes a los derechos contraídos. Las cifras de la Gerencia de Publicidad (único organismo que los interventores estiman lleva con cierta calidad las cuentas) también se utilizaron, pero no eran las mismas que las proporcionadas por el Servicio de Presupuestos.»
Un arqueo imposible
Pero si las cuentas y los libros aparecen del modo descrito, las dificultades se acrecientan al intentar comprobar las existencias y saldos de dinero en las diversas cajas y cuentas bancarias del organismo. Baste como muestra el fracaso evidenciado por los interventores en sus intentos por realizar un arqueo (comprobación de fondos) en la caja central de Prado del Rey. «El 5 de marzo de 1979 se intentó llevar a cabo un arqueo en la caja central de Prado del Rey, dependiente del Servicio de Administración, lo cual no fue posible a pesar de los esfuerzos realizados. Ello se debió, fundamentalmente, al desconocimiento del saldo en dinero que debería haber en la caja.» Como causas de este insólito hecho, los interventores señalan: el saldo no está contemplado en el mayor de la contabilidad de RTVE, porque sólo hay dos cuentas bancarias disponibles; no existe libro auxiliar de caja; el saldo metálico conocido es el que facilita el propio cajero; este saldo no pudo auditarse porque se habían efectuado numerosos pagos con cargo a fondos del Ministerio de Cultura (Oficialía Mayor) y éstos superan a los ingresos sin que consten justificantes de ello por ninguna parte. Para dar una idea del descontrol existente, el informe asegura que «los pagos por nómina en metálico pendientes de justificar, en marzo de 1979, eran de más de 3.300 millones de pesetas, según la propia caja central». Por otra parte, las cajas de Madrid y Barcelona poseen unos llamados fondos de maniobra, de 209 y 100 millones de pesetas, respectivamente, para pagos a personal o anticipos a productores, pero como no se realiza arqueo, no hay control sobre la utilización de esos fondos.
La situación en los restantes centros de RTVE es casi peor. Según el informe, la mayor parte de las habilitaciones periféricas no quisieron facilitar los saldos de sus cuentas, a pesar de los reiterados requerimientos de la intervención. Entre los que no facilitaron estos datos se citan en el informe al instituto de RTV, los servicios generales eléctricos y de telefonía de Prado del Rey, y las provincias de Barcelona, Bilbao, Cáceres, Las Palmas, San Sebastián, Santa Cruz de Tenerife, Santander, Santiago de Compostela, Sevilla y Valencia.
Pero uno de los puntos más oscuros de RTVE es, sin duda, el capítulo de anticipos a productores de programas. Según el informe de los auditores, al realizar el correspondiente arqueo se encontraban contabilizadas 454 personas pendientes de justificar sus liquidaciones de anticipos recibidos. Además, las cifras incluidas en los libros correspondientes resultaron ser erróneas en la mayoría de los casos, no coincidiendo con las anotaciones de caja. Fueron llamados varios productores con cuentas pendientes y el resultado reflejado fue: «Un productor, con 3,2 millones de pesetas a justificar, pidió 48 horas para aportar justificantes y posteriormente no compareció. Una persona a la que según el libro RTVE debía 814.125 pesetas. resultó ser él quien debía al organismo un total de 3.676.307 pesetas. Otro productor aseguraba estar al día y tras las comprobaciones debía 834.932 pesetas.»
El desajuste de las cuentas generales de RTVE es tal que su saldo en tesorería era favorable en 1.500 millones de pesetas a 31 de diciembre de 1978, pero en esa, misma fecha sus deudas esenciales eran, entre otras: 1.419 millones en cuotas patronales a la Seguridad Social en 1977 y otros 1.337 millones por el mismo concepto en 1978; un total de 368 millones de pesetas adeudados a Hacienda en concepto de retenciones de¡ antiguo IRTP de los años 1977 y 1978 a los trabajadores y otros 59 millones por la retención del impuesto extraordinario del IRTP en 1978 (en ambos casos pudiera existir delito fiscal, según la legislación vigente); al Parque Móvil se le debían 38 millones de pesetas por transporte; y las deudas a privados y las de los productores que luego se cargan a programas se ignoraban por no haberse cerrado la contabilidad y por el caos en las cuentas de producción.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.