París no considera deseable el boicot
El boicot a los Juegos Olímpicos que deben celebrarse en Moscú, sugerido por Estados Unidos como castigo a la URSS por su intervención en Afganistán, «no nos parece deseable», nos declaró un portavoz autorizado de la presidencia de la República francesa. La misma fuente añadió que «el Gobierno no estima oportuno mezclar el deporte y la política y, por ello, no seguirá a otros países ni obedecerá consignas en el sentido del boicot».Como la gran mayoría de los países occidentales, sólo Inglaterra parece decidida a seguir a EEUU, y las autoridades francesas, de igual manera que gran parte de la opinión, estiman que la proposición americana acarrearía consecuencias graves incalculables que, por el contrario, no se ve claro con qué ventajas. No es que los franceses disocien la política del deporte, pero tampoco estiman que, a este nivel concreto de las relaciones internacionales. convenga supeditar totalmente el segundo a la primera. Se recuerda ahora que el deporte, durante los tiempos de la guerra fría que siguieron a la segunda guerra mundial, favorecieron muchos intercambios entre países que no mantenían ningún otro tipo de relación, y no se entienden aquí el porqué ahora de bieran cerrarse estas posibilidades.
En efecto, los diversos comentarios que se vienen haciendo sobre el asunto coinciden en que es preferible ser prácticos. Desde el punto de vista de la eficacia, el editorialista del independiente Le Monde anteayer se preguntaba que iba a ganar el pueblo afgano con el boicot a los Juegos Olímpicos de Moscú. El diario referido, como otros portavoces de la opinión, responden que muy probablemente, «nada».
En suma: los franceses piensan que los países occidentales deberían asistir a la manifestación deportiva mundial, y, eso sí, aprovechar la ocasión para exigir a las autoridades de la URSS que cumplan a raja tabla otro tipo de requisitos referentes a las libertades que se comprometieron a respetar al firmar los acuerdos de Helsinki, que la prensa occidental se distribuya durante los Juegos en Moscú, libertad total para todos los periodistas y libertad de participación para los países reconocidos por el Comité Internacional Olímpico.
Los defensores más furibundos del boicot, en este país, son los disidentes soviéticos aquí residentes desde hace varios meses, Wladimir Bukoski, en nombre de otros exiliados, se han manifestado en tal sentido.
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