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Resurge el integrismo musulmán en Egipto

El desmantelamiento de la organización integrista musulmana Al Jihad (Guerra Santa), en Alejandría, se ha producido tras varias semanas de disturbios en las universidades egipcias y a un resurgimiento de la violencia sectaria, atribuido a estos militantes extremistas.La organización Al Jihad, sobre la que no pesan, de momento, cargos precisos, hizo su primera aparición pública en julio de 1977, tras el secuestro y el posterior asesinato de un ex ministro de los wakfs (bienes religiosos), el jeque Zahabi, por otra secta extremista, Al Takfi Wal Hegra (anatemas y emigración). Cinco dirigentes de Takfir Wal Hegra fueron ahorcados y cientos de militantes condenados a trabajos forzados.

Según las autoridades, Al Jihad se propone «derrocar al régimen por la fuerza». Ya en 1978, unos cuarenta miembros de esta organización fueron condenados.

El pasado mes de octubre, el diario Al Gunihurria informó de la detención de integristas musulmanes en Alejandría. El ministro del Interior, que nunca confirmó esa noticia, señala, sin embargo, en su comunicado del lunes, que la investigación sobre Al Jihad comenzó en octubre.

Los observadores advierten, no obstante, un incremento de la tensión en las universidades donde los integristas tienen gran poder de captación sobre las Uniones de Estudiantes.

La semana pasada, varias personas fueron arrestadas a consecuencia de los enfrentamientos ocurridos en la facultad de Medicina, entre un grupo integrista y los organizadores de una velada musical dirigida por un copto.

Unos días más tarde, según la revista estudiantil Al Talaba, el decano de la facultad, Ibrahim Badrane, decidió prohibir las veladas musicales «no culturales», separar a los estudiantes de las estudiantes en el anfiteatro y suspender las clases durante las horas de oración, como pedían los integristas.

Al poco tiempo, los estudiantes de la Universidad Islámica de Azhar se manifestaban pidiendo la aplicación de la Charia (legislación islámica) en Egipto.

Los integristas, cuyo número ha aumentado sensiblemente en las universidades en los últimos dos años, han condenado reiteradamente «las costumbres disolutas de la sociedad» e incluso han atacado al régimen, al que consideran «excesivamente complaciente con los paganos y los ateos».

Por otro lado, se advierte una cierta inquietud en medios coptos, donde se teme un resurgir de las luchas sectarias de los años 1972, 1977 y 1979.

En efecto, en 1972, los «fanáticos» incendiaron dos iglesias y saquearon varias casas coptas. En 1977, un proyecto de ley sobre la apostasía (condena a muerte de los apostatas que abandonaban el Islam por otra religión) provocó una oleada de protestas decretadas por el Papa copto y patriarca de Alejandría. Chenudah III, por lo que el proyecto de ley quedó congelado.

A comienzos de 1979 hubo conflictos en el alto Egipto, particularmente en Minieh y Assiut, donde las iglesias y comercios coptos fueron lapidados. Estos sucesos llevaron al presidente Sadat a condenar el fanatismo y culpar a la secta de los Hermanos Musulmanes.

Desde el atentado de este mes contra dos iglesias coptas de Alejandría. las fuerzas del orden egipcias protegen todas las iglesias.

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