El Barca se siente perseguido por el centralismo

El vicepresidente del Barcelona y portavoz oficial del club hizo ayer unas manifestaciones en las que atacó duramente al presidente del Comité Nacional de Arbitros, José Plaza. A las preguntas de Pepe Gutiérrez en Radio Barcelona, respondió: «Mañana celebraremos un pleno extraordinario de la junta directiva, ya que el centralismo nos obliga a ello. Ante el odio y el rencor que se muestra hacia Cataluña, nosotros tenemos que intentar paliar esta feroz persecución.»

Nicolau Casaus añadió: «El responsable de todo es Plaza, hombre de viejo odio al Barcelona y a Cataluña. Es el último reducto del centralismo y se mostró ayer; recordemos que ya dijo Plaza, hace once años, que mientras él fuera presidente del Comité de Arbitros el Barcelona nunca ganaría la Liga. La prueba es que nunca nos arbitran colegiados de la ANAFE, sino sólo los hijos de Plaza, representantes de esta ola de feroz anticatalanismo desde el centro, y debemos defender ante Madrid el nombre de nuestro país y lucharemos como sea. Ahora vendrán las sanciones y nos castigarán hasta al masajista, mientras que Plaza celebraba con champaña nuestra derrota.»Ante el explosivo lenguaje de Casaus, el informador le tira un capote. «Señor Casaus: ¿habla usted en metáfora, o Plaza verdaderamente bebió champaña?» «No, no; hablo en metáfora; no sé lo que hizo el señor Plaza. De lo que sí estoy seguro es de que se alegró de nuestra derrota; pero el Barça sigue estando ahí, con una afición que no la para ni Plaza ni 20.000 Plazas que haya en Madrid.»

El partido de la máxima rivalidad barcelonesa no defraudó a quienes cada año esperan emoción, vehemencia y hasta violencia. En esta ocasión, los datos para la crónica negra empezaron a cobrar vida media hora antes del encuentro, cuando el veterano periodista Luis Lainz agredió, sin mediar palabra, a José María García a causa de viejas y renovadas rencillas.

Indudablemente, Sánchez Arminio perjudicó, con su equivocación en el primer gol, al Barcelona, y el propio árbitro así lo reconoció al final del partido. Sin embargo, los dirigentes barcelonistas no aceptan la excusa y, ya en el descanso, el presidente Núñez anunció que Sánchez Arminio no volverá a dirigir al Barcelona.