Ocupada la embajada de Panamá en El Salvador
«No existe ninguna hostilidad específica contra Panamá y Costa Rica, ni contra sus representantes diplomáticos en El Salvador», insistió en México César Marti, dirigente de las Ligas Populares, 28 de Febrero, al explicar las motivaciones de la ocupación de la embajada panameña en San Salvador. «Se trata de una acción más de nuestro grupo para llamar la atención del mundo sobre la situación represiva que vive nuestro país y para exigir la liberación de tres compañeros, detenidos hace días en la localidad de Berlín.»
Martí señaló que la toma como rehén del embajador de Costa Rica fue casual, pues se encontraba de visita en la sede diplomática panameña cuando se produjo la ocupación.
La toma de la embajada se produjo sobre las once de la mañana del viernes. Alrededor de cincuenta militantes de las LP-28, al parecer desarmados, penetraron en el edificio de la embajada y manifestaron su intención de permanecer allí hasta que sus demandas fueran atendidas.
Tanto David Perte, representante de Panamá, como el embajador de Costa Rica, Alejandro Alvarado, pudieron informar a sus respectivos Gobiernos de los hechos. Perte se comunicó también con la Junta de Gobierno salvadoreña, para pedir la retirada de una tanqueta que fue enviada a las inmediaciones de la sede diplomática.
El funcionario utilizó este momento para informar de que los ocupantes estaban desarmados y que no se había producido ningún hecho de violencia. Indicó Perte, igualmente, que en el edificio se encontraban, en total, siete personas. En la noche del viernes se supo que el Gobierno estaba dispuesto a negociar con los ocupantes de la embajada.
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