Indignación y perplejidad produjeron
en toda Italia las declaraciones del ministro de la Administración Pública, Masimo Severo Giannini, quien afirmó que este país no tiene solución y que está dispuesto a emigrar. El presidente de la República, Sandro Pertini, invitó al interesado a aclarar sus palabras o a marcharse del ejecutivo.
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