Los GRAPO, a punto de resurgir tras la fuga de los cinco dirigentes
En el pasado mes de octubre, el Ministerio del Interior anunció, por última vez, que los Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre (GRAPO) habían sido completamente desarticulados. Tantas veces en medios policiales se había afirmado lo mismo respecto a este confuso grupo terrorista que, a pesar de su inactividad en los últimos tiempos, se sigue temiendo por su reaparición. Si, como en medios policiales se venía sosteniendo, la capacidad de resurgimiento de los GRAPO, a partir de las bases del PCE (r), estaba limitada por la falta de una dirección, la fuga de cinco máximos dirigentes de la organización de la cárcel de Zamora puede ser la clave que indique que la reorganización del grupo terrorista se ha puesto en marcha.
A raíz de la detención de José María Sánchez Casas y otros miembros de los GRAPO, hasta el número de veintiuno, el pasado mes de octubre, el Ministerio del Interior consideró que los GRAPO estaban completamente desarticulados, si bien «podrían resurgir».El resurgimiento estaría, según los criterios oficiales, en función del número real de personas que componen las bases militantes del PCE (r), considerado como fuente ideológica y canal de suministro de miembros a los GRAPO a través del partido mismo y de agrupaciones de diverso carácter presuntamente conectadas o nacidas en él. El resurgimiento estaría también en función de la capacidad de actuación de los dirigentes aún en libertad. Según la información facilitada tras la detención de Sánchez Casas, los dirigentes en libertad serían cuatro, y de ellos, la más destacada, Isabel Llaquet Baldellou.
Los servicios policiales consideran que todas las actividades de PCE (r) y de los GRAPO han sido dirigidas por el secretario general del Partido Comunista de España (reconstituido), Manuel Pérez Martínez, alias Arenas, incluso desde su encarcelamiento en la prisión de Zamora.
Isabel Llaquet es una joven catalana, huérfana de militar, cuya convicción ideológica marxista-leninista y en pro de la lucha armada está fuera de duda para quienes han seguido de cerca su comportamiento en los últimos años.
La fuga de cinco miembros de los GRAPO recluidos en la prisión de Zamora podría suponer una importante ayuda a esta organización armada para rehacer cuadros y comandos. Precisamente, uno de los puntos débiles de los GRAPO, a raíz de la operación en que cayó Sánchez Casas, es una escasa dotación de armamento.
Los informes oficiales comunicados en aquel momento aludían a la intervención de numeroso armamento y material explosivo. Incluso se detuvo por primera vez a José Manuel Hernández, el técnico en explosivos. Posteriormente se pudo averiguar que Pérez Hernández, ingeniero de Telecomunicación titulado, trabajaba para los GRAPO desde 1975 en esa faceta, aunque su militancia data del año anterior, así como que es canario de nacimiento, estudió en la Universidad Politécnica de Madrid y obtuvo la calificación de diez en la asignatura de quinto curso de electrónica. Y que artefactos por él confeccionados, temporizadores, los utilizó también el MPAIAC.
Respecto a las armas intervenidas fuentes oficiosas señalaron Posteriormente que eran «todas de cuantas disponían en el interior». Otros conductos apuntan precisamente en este sentido que, en el exterior, los GRAPO podrían contar fácilmente con una estimable cantidad de armas adquiridas en el mercado ilegal del comercio armamentista.
El impulso dado por los GRAPO a la lucha armada y el posible descuido de la política de masas ha sido uno de los puntos motivadores de la separación de alguno de los miembros de esta organización.
Conexión con los servicios de inteligencia
Entre los miembros de los GRAPO se han contado varios a los que une algún grado de parentesco con personas pertenecientes a los cuerpos de seguridad del Estado.Las sospechas de conexión de los GRAPO con servicios de inteligencia no parecen recaer tanto sobre los miembros de base como en las esferas de la cúspide. El origen de los GRAPO se enraíza con el desarrollo del PCE (r) y éste, a su vez, es una derivación de la Organización de Marxistas- Leninistas Españoles -OMLE- (posteriormente se cambió el término de españoles, por el de España), y, la OMLE, a su vez, nace en el segundo semestre de 1968, con un reducido número de militantes procedentes de grupos extinguidos del PCE, en desacuerdo con éste. En la gestación de la OMLE interviene Elena Odena, funcionaria de un organismo internacional con sede en Europa, la cual usa siempre su verdadero nombre. Conectada a ella ya estaba, al parecer, Manuel Pérez Martínez, alias Arenas, que más tarde llegaría a ser secretario general del PCE (r), sustento ideológico de los GRAPO.
Paralelamente, y a su vez como otra derivación de OMLE, y antes de la existencia de los GRAPO -policialmente denominados sección técnica del PCE (r)-, nace el Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico (FRAP), que tuvo importantes infiltraciones de, al menos, funcionarios policiales y que sufrió un golpe definitivo con los fusilamientos de 1975, sanción tajantemente cumplida a pesar de la oposición nacional e internacional.
La policía sustenta la tesis, en base a los puntos hasta donde han llegado las investigaciones puestas a disposición judicial, que los GRAPO no han mantenido contactos con otros grupos armados que el MPAIAC, con el, que, al parecer, se rompieron las relaciones, y con ETA, con la cual no llegaron a fructificar. En el mismo orden y con respecto a lazos con otros países, se asegura que tan sólo por parte de China y Albania han recibido ayuda de tipo cultural y técnico.
En contra de esta tesis, fuentes policiales consultadas no encuentran argumento para explicar cómo las principales acciones de los GRAPO han producido efectos diametralmente opuestos a su propia ideología, en el sentido de propiciar un avance democrático. Tan sólo existe el apoyo de los conceptos emitidos por el PCE (r) a través de sus órganos clandestinos de información, en los cuales rechazan el orden y la democracia burgueses. «Pasan de esta democracia», se argumenta por toda explicación.
Sin embargo, no queda ya ningún argumento para explicar algunas muertes de las producidas por los GRAPO. Una de ellas, la del capitán de la Policía Nacional Huerguedas, deja de tener sentido coherente con la supuesta lucha revolucionaria desde el momento en que se trataba de un policía con avanzadas ideas democráticas, si no completamente de izquierdas como consta en opinión de quienes lo conocieron muy de cerca, y, máxime, teniendo en cuenta que su muerte se produce poco después de que, en razón del cargo que ocupaba, hubiese intentado esclarecer a fondo algunas actuaciones policiales de presunta corrupción. (Recuerdese el caso de los policías nacionales arrestados por presunto robo de objetos en un establecimiento comercial al que acudieron de vigilancia después de cometerse un robo con rotura de escaparate en el mismo.)
Creación del grupo armado
En el orden cronológico de acontecimientos, los GRAPO empiezan sus actuaciones a continuación de la desarticulación definitiva del FRAP.La primera noticia que la opinión pública tuvo acerca del PCE (r), y asimismo, la policía, según sus fuentes oficiales, tal como en su día recogió la agencia Efe, fue en mayo de 1975. Pero fue en junio de 1973 -según la actual información policial-, cuando ya se había celebrado la I Conferencia Nacional de OMLE, donde se preparan las bases de la celebración del Congreso Reconstituido del Partido Comunista de España, como meta inmediata, y, en 1974, cuando Abelardo Collado Araujo es llamado por la dirección de la OMLE para que abandone su trabajo de propaganda y se dedique a la creación de un grupo armado.
El citado descubrimiento del PCE (r), realizado en mayo de 1975 -unos meses antes de las primeras actuaciones violentas de los GRAPO-, ocurrió de forma extremadamente casual, según la información oficial de la época. Un casero de una vivienda de la calle de Palafox, de Madrid -nunca se dijo qué casero ni qué vivienda- denunció en el juzgado que sus inquilinos no le pagaban el alquiler. El juzgado intervino y, al forzar la puerta, los inquilinos ya no estaban allí, pero sí habían dejado abundante material de propaganda del PCE (r). Los diversos sectores de opinión nunca han llegado a explicarse cómo un grupo clandestino comete la imprudencia de no pagar el alquiler hasta el extremo de hacer ir al casero al juzgado y cómo cometió la segunda: imprudencia de huir dejándose tan voluminosa tarjeta de visita si gozaron, por lo menos, de varias horas de ventaja.
Cuatro años después, cuando los GRAPO parecían desarticulados, quemados, y con serias dificultades para levantar cabeza, con motivo del hallazgo de un túnel en Barcelona -primero se dijo que iba dirigido a unas viviendas militares con el fin de volarlas, luego que a la cárcel con el fin de evadir presos-, la historia de un descubrimiento casual vuelve a repetirse. Un casero amonesta a sus inquilinos porque están causando humedades a un vecino y los emplaza para el día siguiente para aclarar las cosas. Al día siguiente, los inquilinos ya no están, pero se descubre el túnel, las herramientas que han utilizado, el plano que supuestamente les ha servido para el trabajo y, al parecer, hasta huellas dactilares, por las que se logra saber que se trata de un grupo autónomo anarquista -una filtración hace llegar esta noticia a Diario 16 justo al tiempo de informar oficialmente sobre la existencia del túnel- y, poco después, a la detención de los presuntos autores. Puntualmente, y en especial desde hace algo más de un año, parece, que surgen con peculiar fuerza diversos grupos más o menos ácratas, más o menos anarquistas, más o menos autónomos.
Dentro de toda la serie de acontecimientos turbios y confusos, ocurre últimamente la escapada de cinco presos -sólo cinco- de la cárcel de Zamora. Todos son miembros de los GRAPO. Tres estuvieron implicados en los secuestros, llenos de lagunas, de los señores Oriol y Villaescusa, y uno de ellos ya formó parte en los orígenes de la organización. Los otros dos estuvieron implicados en el asesinato del capitán Herguedas.
El director general de Instituciones Penitenciarias, Enrique Galavís, dijo con motivo de esta fuga que no tenía constancia de que Pérez Martínez, Arenas, hubiera intentado formar parte del grupo fugado, así como que él también se había preguntado por qué no escapó Sánchez Casas; «pero sobre eso no voy a responder nada ahora», añadió.
En algunos sectores policiales se cree que Sánchez Casas podría estar considerado como quemado por su propia organización.
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