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Hacienda y el sector del automóvil negocian la aplicación del nuevo impuesto de lujo

La Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (Ganvam) ha mantenido, en el curso de las últimas semanas, conversaciones con representantes del Ministerio de Hacienda para tratar de ordenar y reducir el impuesto de lujo que grava los accesorios desde el pasado día 1 de octubre. El proyecto sería reducir el citado impuesto -un 25% sobre el precio de las piezas en origen- a la mitad, al tiempo que regular las muchas situaciones conflictivas que plantea.

Cinco días antes de su entrada en vigor -el pasado 1 de octubre publicó el Boletín Oficial el decreto-ley por el que se gravaba con un 25% de impuesto de lujo las piezas de recambio. Posteriormente, y ante el conflicto que planteaba la recaudación del impuesto en talleres y tiendas de accesorios, el Ministerio procedió a un cambio en la forma y fecha de aplicación por una orden ministerial publicada en octubre. En lugar de hacerlo el 1 de octubre, el impuesto entraría en vigor el 1 de diciembre, y en vez de hacerlo en destino lo haría en origen.Pese al evidente intento recaudatorio por parte de Hacienda, los fabricantes, vendedores, talleres y compañías aseguradoras consideran desorbitado el tipo impositivo, por lo que han entablado negociaciones con el Ministerio para tratar de reducir el impuesto a prácticamente la mitad -con la reducción, quedaría aproximadamente en 14,2% sobre el precio en origen-. Al mismo tiempo, pretenden regular las difíciles situaciones que plantean las exenciones -los taxis, coches de autoescuela y vehículos industriales no pagan el impuesto, pero las piezas de repuesto son exactamente iguales que las de muchísimos turismos que sí deben pagarlo-, evitando el fraude.

Un portavoz del Ministerio de Hacienda señaló, sin embargo, que no se considera verosímil una reducción del tipo impositivo, ya que «la tinta del decreto-ley y de la orden ministerial que regulan la aplicación de este impuesto está aún fresca». Añadió que se había mitigado el impacto del nuevo impuesto al trasladarlo en su aplicación del precio de venta al público al precio de venta en producción.

La aplicación del nuevo impuesto, según el citado portavoz, choca con grandes dificultades, ya que muchas piezas de automóvil, objeto de gravamen, son utilizadas en otros productos, lo cual plantea un problema de identificación. Además, los vehículos de turismo dedicados a usos industriales, caso de taxis, no pueden ser gravados, lo cual puede originar fraudes. Finalmente, existe un problema de liquidación del impuesto.

Según medios de Hacienda, lo que se ha negociado estas semanas con el sector es la aplicación del impuesto, pero, en ningún momento, su reducción.

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