La retirada socialista del Consejo agrava la crisis política.
La retirada de los seis consejeros socialistas del Consejo del País Valenciano, compuesto por dieciocho miembros, ha arrastrado a su presidente, José Luis Albiñana, contestado duramente por la mayoría de UCD en el último Pleno, que aprobó una moción de censura contra su gestión, y abre una crisis profunda en la política autonómica valenciana, paralizada en los últimos dos meses por la falta de acuerdo entre el PSOE y UCD y la permanencia de un socialista en la presidencia con un Gobierno mayoritariamente ucedista.
«Se ha producido una crisis de modelo de Gobierno autonómico. La situación era insostenible, y la única salida que hemos visto ha sido la tomada. No podemos continuar asistiendo impávidos a una farsa como la que se está representando en el País Valenciano, y, conscientes de nuestra responsabilidad como partido mayoritario, hemos decidido retirar a nuestros representantes en el Consejo, en tanto no se modifiquen las actuales circunstancias », afirmó el secretario general socialista Joan Lerma para explicar la resolución adoptada por la comisión ejecutiva valenciana.Los socialistas destacan la decisión política tomada por el partido del Gobierno de bloquear los procesos autonómicos, tras la aprobación de los estatutos vasco y catalán, como origen de la tensión creada en el País Valenciano, que «ha visto en los últimos días el bloqueo completo por parte del partido del Gobierno a sus aspiraciones autonómicas». El proyecto gubernamental de ley orgánica sobre referéndum constituye, asimismo, en opinión de los socialistas, una clara intención por parte de UCD de anular las iniciativas populares valenciana y andaluza después de superar éstas el primer requisito constitucional del pronunciamiento mayoritario de los ayuntamientos.
La vía muerta en que se hallan las negociaciones tripartitas, con discrepancias fundamentales sobre el sistema electoral para elegir el Parlamento valenciano y sobre a convocatoria del referéndum autonómico, que UCD no apoya, así como la distorsión introducida en el Consejo por la presencia de los consejeros procedentes de las diputaciones, mayoritariamente en manos de UCD, ha hecho del Gobierno preautonómico «un lugar de confrontación política que hoy por hoy ha dejado de ser para los socialistas el instrumento anticipador de la plena autonomía», expresa la resolución del comité nacional.
Silencio en UCD
La salida de los socialistas no ha provocado reacciones todavía en el partido del Gobierno, cuyo servicio de prensa, consultado ayer, señaló no tener conocimiento oficial de esta decisión, y añadió que «antes de conocer con detalle los hechos sería erróneo dar una visión precipitada». La presencia en Madrid de sus máximos dirigentes regionales por la actividad parlamentaria retrasaría, según estas fuentes, su pronunciamiento hasta su regreso a Valencia, si bien en algunos medios se valoró con preocupación la situación creada, as! como la actuación de algunos consejeros de UCD en el seno del Consejo.La unidad municipal de la izquierda constituye una incógnita, ya que no se puede precisar en qué medida la decisión socialista arrastrará a los consejeros-comunistas a retirarse del Consejo y alinearse en la nueva fase del proceso autonómico exclusivamente del lado del PSOE. «No hemos tomado ninguna decisión al respecto todavía», afirmó el consejero comunista José Galán, «pero no es costumbre de los comunistas abandonar las instituciones sin razones suficientes.» El secretario general, Ernesto García, fue más explícito al afirmar que «la decisión del PSOE no condiciona nuestra actitud». Los comunistas habían sido consultados sobre tan importante decisión, según aseguraron fuentes socialistas, pero «las políticas de cada partido son autónomas y no podemos decirle al PCE lo que tiene que hacer».
El rumor de la retirada socialista del Consejo, difundido por la mañana, no se confirmó oficialmente hasta final de la tarde en una rueda de prensa convocada por la ejecutiva nacional. Sin embargo provocó un viaje apresurado a media mañana del presidente Albiñana a Madrid, después de firmar un decreto por el que delegaba la presidencia en funciones al socialista Manuel Girona, presidente de la Diputación de Valencia, decisión posteriormente invalidada por la ejecutiva nacional, que manifestó: «La delegación en Girona, por unas horas, ya no tiene formalmente validez desde que hemos anunciado públicamente nuestro abandono de la institución.»
Fuentes socialistas próximas a la ejecutiva federal aseguraron a EL PAÍS que el presidente Albiñana se había trasladado a Madrid «para presentar al partido documentación relativa a la autonomía valenciana de cara a la preparación del referéndum». No obstante, a lo largo del día de ayer no se produjo ninguna entrevista entre Albiñana y la ejecutiva federal, pese a que ésta estuvo reunida por la mañana en la sede del partido. Según comentó un diputado socialista, la decisión de la ejecutiva valenciana de abandonar la institución se había producido sin contar con la ejecutiva federal, y, por tanto, tampoco la dirección del partido había colaborado en la defenestración de José Luis Albiñana. Medios socialistas valencianos señalaron a este respecto que se había producido una reciente entrevista mantenida entre miembros de su ejecutiva y José Luis Albiñana con Alfonso Guerra y María Izquierdo, secretaria de política autonómica, ocasión en la que se consultó a la dirección federal, al tiempo que se dio a conocer el posible abandono del Consejo, si bien con posterioridad a esta entrevista no se produjeron contactos.
Vía muerta
En los últimos meses se puso de manifiesto la necesidad de salir de la vía muerta en que se situó el Gobierno preautonómico al presidir, tras las elecciones, un socialista un Gobierno mayoritariamente de UCD. pero la negativa de José Luis Albiñana a abandonar la presidencia, que le corresponde por la mayoría electoral de su partido en el País Valenciano, aplazaba en cada ocasión la crisis de la institución mientras se enfrentaba con sectores del partido favorables a abandonar la presidencia, próximos a las tendencias moderada y nacionalista, para decantarse por el sector crítico representado por la figura del antiguo secretario general Joan Pastor, marginado por la actual ejecutiva que dirige Joan Lerma.
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