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RELIGIÓN

Hoy comienza en Roma el proceso al teólogo holandés Schillebeeckx

Juan Arias

Esta mañana empieza en el ex Santo Oficio el primer interrogatorio al famoso teólogo holandés Edward Schillebeeckx dominico, 68 años, catedrático de Teología en la Universidad de Nimega desde hace veintiún años. El Vaticano le ha llamado a Roma para que responda a una serie de presumibles errores doctrinales contenidos en sus publicaciones. Deberá responder concretamente a nueve acusaciones de tipo dogmático, entre ellas al problema de la divinidad de Cristo, de la fundación de la Iglesia y de la virginidad de María.

El solo hecho de procesar a uno de los más grandes teólogos del posconcilio ha despertado en todo el mundo católico y protestante estupor, indignación y preocupación. En realidad, Schillebeeckx no es un teólogo más. Fue una de las columnas del Vaticano II, consultor oficial del episcopado holandés -y lo sigue siendo actualmente- y teólogo personal del ex primado de los Países Bajos, cardenal Alfrink. Parece ser que incluso Pablo VI quiso nombrarlo consultor de la Congregación para la Propagación de la Doctrina de la Fe, pero tuvo que desistir por las presiones de la Curia romana. A Schillebeeckx el ex Santo Oficio le había pedido que respondiera por escrito a una serie de acusaciones. El teólogo dominico respondió con un expuesto de treinta folios que los cardenales del ex Santo Oficio no consideraron suficientes. Por eso ha sido convocado personalmente para la segunda fase del proceso. Tendrá ahora que responder ante tres teólogos escogidos por la Congregación y ante un abogado defensor también elegido por Roma. El no conoce a ninguno. Sus respuestas serán examinadas por los cardenales consultores, los cuales darán un veredicto que pasará a la aprobación del Papa.

En varios países se han creado comités de solidaridad en favor del teólogo del Concilio, pero en Holanda la movilización ha sido general, como ha declarado en Roma ayer el secretario del IDOC (Centro Internacional de Información y Documentación Católica), el holandés Marco Reuver. En una sola mañana se recogieron 60.000 firmas de los fieles a la salida de las misas. El rector y todo el cuerpo de catedráticos de su Universidad de Nimega han protestado duramente a Roma por el procedimiento adoptado contra el teólogo, que lo consideran aún de tipo inquisitorial, medieval y antidemocrático. Pero el gesto más importante a favor del teólogo Schillebeeckx llegó ayer nada menos que del primado de Holanda, el cardenal Willebrands, que es también presidente del Secretariado para la Unión de los Cristianos y consultor del ex Santo Oficio y, por tanto, uno de sus jueces.

El cardenal Willebrands, en una entrevista a la televisión, afirmó textualmente: «Estoy profundamente convencido que Schillebeeckx no enseña ninguna doctrina herética. Quien lo acusa en este campo no tiene el derecho de hablar así de un teólogo de la calidad de Schillebeeckx.» Más aún, según el primado de los Países Bajos, «Schillebeeekx es uno de los pocos teólogos de hoy con un conocimiento tan profundo de la tradición, de la misma teología, de la escritura y de la evolución moderna de la fe.» Manifestó abiertamente, ante la opinión pública católica y protestante holandesa, la estima por la obra del teólogo que es, dijo, «fruto de estudio, de vida cristiana de fe y de dedicación total a la Iglesia». Criticó también el modo con el cual se está llevando a cabo el proceso, afirmando que «no es justo que el acusado no pueda conocer a sus acusadores ni a su abogado defensor». Terminó asegurando a los holandeses que, seguramente, todo acabará bien; pero, añadió, que si hubiese dificultades «yo mismo defenderé al teólogo ante los demás cardenales».

Lo que más preocupa a los católicos holandeses es que el caso Schillebeeckx haya surgido precisamente a un mes de distancia del sínodo holandés que el Papa ha convocado en Roma y que todos consideran como el test más definitivo del pontificado de Wojtyla, ya que esta vez tendrá que tomar toda una serie de decisiones concretas como respuesta a los problemas que los holandeses pondrán sobre el tapete con nombre y apellido.

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