Todas las fuerzas políticas italianas exigen nuevas medidas antiterroristas
Todas las fuerzas políticas italianas, sin excepción, han pedido nuevas medidas legislativas contra el terrorismo, después de que en las últimas horas la violencia se extendiese por Italia, como lo demuestran el atentado de Turín -efectuado con depurada técnica nazi-, la paralización ciudadana de Bolonia y Padua, la muerte de un policía en Roma y los enfrentamientos en la capital entre fuerzas de seguridad y «autónomos» simpatizantes de la línea política de las Brigadas Rojas.
El Gobierno, a través de su ministro del Interior, Virginio Rognoni, anunció una reunión extraordinaria mañana para tratar el asunto.La primera declaración llegó del Partido Comunista, que en el momento del atentado en Turín celebraba una reunión de su comité central. Los comunistas han pedido «medidas inmediatas y extraordinarias, capaces de golpear a los ejecutores del crimen». Según el PCl, la nueva ola de terrorismo demuestra «que se ha entrado en la fase de la verdadera guerrilla urbana».
También la Democracia Cristiana ha pedido nuevas medidas capaces de luchar seriamente contra la nueva cara del terrorismo, que califica de «nazi». El Partido Socíalista ha afirmado, por su parte: «Estamos ante el terrorismo de masa. Hacen falta medidas excepcionales de prevención. » Bettino Craxi, secretario general del partido, afirmó: «Después de la acción de Turín podemos esperar lo peor.»
Lo cierto es que el atentado de Turín ha sacudido quizá, como pocas veces, a la opinión pública y ha preocupado alarmantemente a la clase política. El diario Repubblica empieza su editorial con estas palabras: «La agresión de Turín poi parte de Primera Línea indica el paso del terrorismo a la guerrilla. Pero de la guerrilla a la guerra civil el paso es corto, admitido que no sea la misma cosa. »
Quizá lo que más ha repugnado de la acción terrorista de Turín ha sido la mecánica: veinte individuos de cara descubierta entraron en una escuela universitaria donde están presentes 180 personas, entre alumnos y profesores, armados con pistolas y metralletas. Son todos jóvenes: cuatro mujeres, vestidas elegantemente y protegidas con chaleco antibala. Recorrieron clase por clase y reunieron a todos en el aula magna. Tras discutir con los alumnos, examinaron los documentos: «No dispararemos a ciegas. Escogeremos a las víctimas», dijeron. En la conversación con un estudiante meridional le suplican: «No debes trabajar para las multinacionales.» «Pero yo no tengo otro modo de trabajar», responde el joven. «Entonces es mejor que vayas.».
A algunos otros les propusieron enrolarse en sus filas. En fin, tras colocar a todos con las manos en la nuca, sentados en el suelo, escogieron pausadamente a sus víctimas, a quienes trasladan a los retretes y, tras pedirles que cierren los ojos, les disparan a las piernas con exasperante frialdad. «Para nosotros», había declarado semanas antes un terrorista, «es como efectuar una operación quirúrgica. »
Moción comunista contra el Gobierno
Todo este resurgir del terrorismo, a los diez años exactos de la matanza de Piazza Fontana, de Milán, donde nació el terrorismo italiano moderno,con la explosión de la bomba en el Banco de la Agricultura, que costó la vida a dieciséis personas, llega en un momento de gran debilidad del Gobierno Cossiga. Ayer mismo, los comunistas presentaron una moción contra el Gobierno por su actitud ante el escándalo de los petrodólares saudíes (ENI). Por su parte, la izquierda del Partido Socialista, disociándose del secretario Craxi, ha pedido la dimisión del ministro señor Lombardini, también por el «caso ENl», y ha pedido que vuelva a ser reintegrado en sus funciones el presidente del ENI, señor Mazzanti, y suspejidido el comisario extraordinario, Egidio Egidi. Este grupo de socialistas, capitaneados por el vicesecretario del partido, Claudio Signorile, ha atacado también la actitud del partido en el voto favorable a la implantación en Italia de los misiles, afirmando que en la práctica este voto ha hecho resucitar al centro izquierda, y han amenazado al misnio tiempo con un congreso extraordinario para clarificar la postura del partido.También el papa Juan Pablo Il mostró ayer su gran preocupación por la creciente oleada terrorista, refiriéndose «al desconcertante episodio de violencia feroz» perpretado en Turín, subrayando que el mismo provoca «consternación y condena» en aquellos que quieren el progreso de la nación italiana.
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