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Deterioro de la situación político-económica en Bolivia

Prosigue en Bolivia el asedio campesino a poblaciones rurales y el bloqueo de caminos y carreteras, a pesar del compromiso entre el Gobierno y las organizaciones agrarias para poner fin a la ola de disturbios que sacude el país desde la promulgación de un paquete económico que devaluó el peso en un 25%.

La Central Obrera Boliviana (COB) se solidarizó el lunes con los campesinos y protagonizó una huelga general de veinticuatro horas. El Gobierno de la presidenta Lidia Gueiler no ha conseguido imponer plenamente su autoridad en el país andino, y nuevamente son insistentes los rumores de intervención militar.En Sorata y Chulumani, a 120 kilómetros de La Paz, los campesinos mantienen el asedio de las poblaciones. En Sorata, a 150 kilómetros al norte de la capital, cerca de doscientos viajeros se hallan bloqueados, tras una voladura de puentes realizada por los peones agrícolas. Los representantes de estos trabajadores han dado un ultimatum de veinticuatro horas al Gobierno para que determine nuevos y justos precios.

La población rural, el 75 % del total de Bolivia, acusa al Gobierno democrático que sustituyó al golpista del coronel Natusch el 20 de noviembre, de no haber tomado medidas para compensar a los campesinos tras la fuerte devaluación del peso.

En un clima político-económico que se deteriora rápidamente, la Central Obrera Boliviana ha ido adquiriendo influencia hasta convertirse en virtual árbitro de la situación. El Congreso está semiparalizado por discrepancias.

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