Los reyes de Suecia y Noruega entregaron los premios Nobel

Como todos los años, desde 1901, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Alfredo Bernardo Nobel, la Casa de Conciertos Konserthuset, de Estocolmo, volvió ayer a ser escenario de la solemne ceremonia de entrega de los premios correspondientes a 1979, por los aportes considerados más valiosos en el campo de la medicina, física, química, literatura y economía. Casi simultáneamente, en la Aaker Hus, de Oslo, la madre Teresa de Calcuta recibía de manos del rey de Noruega el Premio Nobel de la Paz.

En Estocolmo, la ceremonia repitió puntualmente el ritual de cada año, aunque el recuerdo de un joven que en 1976 quebró la solemnidad del acto con una ruidosa protesta, en el momento en que el economista Milton Friedman se aprestaba a recibir su polémico galardón, se obstina en reaparecer, a la espera quizá, de un improbable suceso fuera de programa.Nada fuera de lo previsto ocurrió esta vez, y los agraciados fueron recibiendo sucesivamente de manos de Carlos Gustavo XVI y la reina Silvia el premio ganado, entre los aplausos de una seleccionada concurrencia y los acordes de la orquesta sinfónica de Radio Suecia.

Godfrey N. Hounsfield y Allan M. Cormack, ninguno de los cuales es médico, recibieron el premio de medicina por sus trabajos en el desarrollo de un método radiográfico mediante la utilización de un dator ideado y construido por ellos.

Los físicos Abdus Salam, de Pakistan; Sheldon L. Glashow y Steven Weinberg, norteamericanos, fueron galardonados con el Nobel de física. Herbert Brown y Georg Wittig, de Estados Unidos y RFA, respectivamente, por sus investigaciones en el campo de la química, y los economistas Arthur Lewis y Theodore W. Schultz completaron la lista de los científicos premiados.

El Premio Nobel de Literatura fue recibido por el griego Odisseus Elytis, en una distinción que todavía sigue siendo cuestionada en los medios literarios suecos.