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Enfrentamientos entre partidarios de Jomeini y del "ayatollah" Chariat-Madari

Los incidentes habidos en Tabriz (Azebaijen) durante los dos días de referéndum parecen haber sido más graves de lo que se suponía. Han abundado los enfrentamientos entre los partidarios de Jomeini y de Chariat-Madari, y la sede del Partido Republicano del Pueblo Musulmán (seguidor de este último) fue asaltada por guardias revolucionarios armados.También ha habido reyertas entre ambas facciones en la ciudad de Qom, en la que habitan ambos ayatollahs. Según algunos observadores, los pasdaran (guardias revolucionarios) impiden que Chariat-Madari visite la ciudad de Tabriz, en la que nació y en la que cuenta con una mayoría absoluta de seguidores. Los jomeinistas temen que, abandonando Qom (donde se encuentra controlado), Chariat-Madari podría organizar un levantamiento en Azerbaiján.

En otro orden de cosas, mil jóvenes iraníes saldrán el próximo sábado hacia el sur de Líbano a luchar al lado de los palestinos. Es este el primer envío de voluntarios, que se irá incrementando hasta llegar a un total de 10.000, según prometió hace un par de semanas el ayatollah Montazeri, líder de la Organización Revolucionaria de Masas de la República Islámica.

De este modo, Irán entra, de hecho, a contar entre las fuerzas que se enfrentan a Israel.

Pasadas ya las festividades de la Ashura y el referéndum, Irán parece haber entrado en un tranquilo paréntesis. Faltan las noticias y abundan los rumores. Los medios de comunicación no muestran gran preocupación por los debates del Consejo de Seguridad, y, en cambio, se le ha dado mucha importancia a las declaraciones del senador Edward Kennedy.

No hay casi manifestaciones frente a la embajada norteamericana y sólo un centenar de incondicionales gritaban anoche eslóganes antiimperialistas. En cualquier caso, la calle que linda con la puerta principal de la representación diplomática estadounidense sigue siendo un mercadillo, y a los vendedores se han agregado ahora los cómicos ambulantes.

La crisis actual parece haberse convertido en una «crisis crónica». Desde la llegada de Gobthzadek al Ministerio de Asuntos Exteriores se ha olvidado la posibilidad de solución pacífica al conflicto. Y es que, como decía el imán Jomeini la pasada semana, «ahora le toca decidir a Carter».

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