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Las centrales sindicales acusan a la CEOE de intransigente en la negociación del convenio-marco

Superadas las razones políticas que a alguna de las formaciones que negocian el convenio-marco interconfederal impedían lograr un acuerdo, el establecimiento de éste depende en la actualidad tan sólo de la definición de la banda de fluctuación que finalmente se fije para la subida salarial. La patronal sigue empeñada en establecer dicha banda entre el 12% y el 15%, mientras que CCOO y UGT han acercado sus posturas y tratan de conseguir una banda que vaya del 14% al 17%, con el fin de que la media de subida salarial se sitúe en torno al 15%.

De esta manera, el curso de la negociación presenta una nueva dificultad, una vez superada la postura de CC OO, que de cara a su clientela no puede renunciar, al 16% de incremento, que reclamaba inicialmente, referido éste al índice de precios al consumo que previsiblemente se alcanzará al finalizar el presente año, frente a los argumentos de UGT, que cifraba el incremento en relación con la inflación prevista para 1980.

Las dificultades parten de la patronal

La nueva dificultad, pues, viene de parte patronal, cuyos representantes han solicitado un aplazamiento de la negociación hasta mañana, ya que hoy tienen reunión de su comité ejecutivo, al que habrán de consultar la postura definitiva en cuanto a porcentajes.No obstante la claridad que las partes prometieron antes del inicio de las negociaciones, no se está llevando a la práctica y la información sobre las respectivas posturas -como corresponde al juego de las estrategias- no está a la altura de las promesas iniciales.

En este sentido, destaca la intervención gubernamental en unas negociaciones de las que, por voluntad Propia y Por deseo de las partes, se ha mantenido formalmente al margen. Dicha intervención ha venido protagonizada por las declaraciones de Abril Martorell, en el sentido de que no serían aconsejables subidas salariales por encima del 15%. Mientras que los sindicatos y la patronal han calificado de injerencia estas declaraciones, ninguna de las partes, sin embargo, explican a la opinión pública -como se habían comprometido antes de comenzar las negociaciones- el auténtico alcance de las mismas, ni la secreta intención del Gobierno a través de declaraciones tan inoportunas.

Los sindicatos, sin embargo, señalaron ayer que la postura patronal se había hecho más inflexible a raíz de las declaraciones de Abril Martorell. La patronal, por supuesto, niega posibles vinculaciones entre lo dicho por el vicepresidente del Gobierno y los intereses de los empresarios.

Acuerdo global sobre las horas trabajadas

Por otra parte, el tema de la jornada, vinculado al de salarios, no parece presentar grandes dificultades. Al parecer, existe un acuerdo global para que en el plazo de dos años el cómputo anual de horas trabajadas equivalga a las cuarenta horas semanales. Hay que matizar, no obstante, el acuerdo, ya que se plantea el problema de las empresas que en la actualidad tienen pactadas las cuarenta horas semanales y que, por este compromiso, deberían congelar el tema jornada en la negociación de sus convenios durante los dos próximos años.El tema de la productividad parece no presentar tampoco grandes problemas, ya que su negociación se lleva a nivel global y relacionado con la reducción del absentismo, las inversiones y la mejora de la tecnología.

De acuerdo con las tres organizaciones implicadas en la negociación, la presente semana deberá quedar concluido el acuerdo, que se considera posible pese a las diferencias ya señaladas en materia salarial. Las previsiones apuntan a que mañana mismo podría concluirse en el acuerdo definitivo, a falta de su posterior desarrollo y redacción para ser ratificado por las respectivas ejecutivas.

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