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El marxismo islámico

«El sha de Irán decía a los periodistas extranjeros que entre sus adversarios se encontraban los marxistas del Islam, que se reclamaban a la vez del profeta y de Marx, combatientes de una revolución inseparablemente religiosa y política. Los acontecimientos confirman este diagnóstico (...). Pese a su diversidad, las revoluciones se desarrollan según esquemas comparables. Los hombres que las comienzan raras veces las terminan (...). La retirada del Gobierno, Bazargan señala el fin de la primera fase (...). El ataque a la embajada americana por los estudiantes favorece a los marxistas islámicos; bloquea la política de Carter (sostener relaciones normales con el nuevo Irán, suministrar las piezas de recambio, productos alimenticios) (...).El partido Tudeh, los únicos marxistas de Irán que obedecen directamente a las órdenes de Moscú (el Estado Mayor residía en Alemania oriental antes de la caída del sha), aplica su método normal. Se esfuerzan en utilizar el nombre de Jomeini al mismo tiempo que preparan una República islámica y marxista Los dados todavía no han sido arrojados. El odio religioso de Jomeini contra Estados Unidos alimenta el odio político de los marxistas corntra el imperialismo (...).

Comprendemos la racionalidad de los marxistas islámicos; pero no estoy seguro de que los acontecimientos obedecerán a esta racionalidad de origen occidental. El fanatismo religioso no es un gadget para uso de los ingenuos. Hay también una cierta ingenuidad en reducir el caos a una estrategia leninista.

3 de diciembre

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