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Los socialdemócratas alemanes buscan su redefinición en Berlín

Bajo el lema Seguridad para la década de los ochenta, el Partido Social Demócrata (SPD), de la República Federal de Alemania (RFA), comenzó ayer su último congreso ordinario antes de las elecciones del próximo año. Por cuarta vez en la historia del partido, y primera desde hace veinticinco años, los delegados del partido se reúnen en Berlín occidental, esta vez con dos temas tan acuciantes como polémicos: la modernización de los misiles de medio alcance en la Europa de la OTAN y la progresión del programa de construcción de centrales nucleares.

En el fondo de ambos puntos, un substrato común, perceptible ya en las intervenciones de la primera jornada de las cuatro que comprenderá el congreso: ¿Necesita el programa socialdemócrata de Bad Godesberg una nueva reforma que permita el mantenimiento del SPD en el poder mediante nuevos retoques ideológicos, o, según piensan otros, esta reforma debe orientarse más bien hacia una nueva presentación del SPD como un partido que puede redescubrir sus esencias como oposición progresista, llegado el caso de una derrota electoral el próximo año?El Congreso «futurista» de Berlín cuenta como máxima atracción con el discurso que pronunciará hoy, martes, el canciller Helmut Schmidt, un discurso que él mismo ha anticipado como «importante», por lo que tendrá de respuesta a los problemas de seguridad con vistas a la próxima década.

El presidente del SPD, Willy Brandt, ha defendido la virtualidad del programa de Bad Godesberg. En su intervención del primer día, Brandt ha repetido que «Godesberg mantiene su validez, sigue siendo el fundamento del SPD como partido populista de izquierda», aunque en las actuales circunstancias muchos ciudadanos pidan al propio partido no sólo realizaciones, «sino también orientación espiritual».

Sobre los dos temas clave en este congreso, Brandt ha sido poco explícito, como se esperaba. Aparte consideraciones sobre la necesidad de coordinar distensión y equilibrio de efectivos armados, el líder del SPD pidió que este equilibrio se realizase sobre la base de un arsenal armamentista lo más reducido posible. En cuanto al movimiento ecologista, lo calificó de idealista y, de hecho, prolongación de la idea de «cuarto partido» diseñada por los cristiano-sociales de Franz Josef Strauss.

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