Camel, música ambiental de alto volumen
El pasado viernes actuaron en el Pabellón del Real Madrid Michael Chapman y el grupo Camel. El suceso estaba patrocinado por Radio 3, de Radio Nacional de España, que tenía previsto grabarlo para su posterior retransmisión, cosa que no va a poder realizarse ante la negativa de los ingleses a ser inmortalizados en cintas radiofónicas españolas.Por lo demás, es sorprendente el tirón que Camel tiene en nuestro país, sobre todo si se tiene en cuenta que es un grupo de segunda división en todas partes menos aquí. El pabellón estaba prácticamente abarrotado por un público que tuvo que soportar una primera parte absurda a cargo del guitarrista y cantante folkie Michael Chapman. No es que sea malo; sencillamente es que su ambiente nunca puede ser multitudinario, sino más bien recogido, tranquilo, un lugar en el que se pueda establecer una comunicación algo más cercana y sin más expectativas que las de tomarse una copa escuchando música agradable. Allí no tenía opción y aburrió bastante.
Pero, en fin, todo llega, y Camel saltó al escenario que hacía poco había hollado Supertramp, para ofrecernos la versión en tono menor de aquéllos. Con respecto a Camel, podría repetirse la crítica de los tramposos punto por punto. Muzak, de alto volumen, música elaborada y suave para amansar a las fieras, efectos de luces bonitos y aterciopelados, canciones agradables y todo lo demás. En todo caso, resultan por su misma falta de pretenciosidad (el montaje es más modesto), algo menos cargante que aquéllos e incluso parecen sentir más la música que realizan. Además, y esto es notable, los componentes de Camel son buenos instrumentistas, de tal manera que se permiten hacer solos que en ocasiones resultan interesantes.
Hoy y mañana, en el Alcalá Palace, actuarán La Banda y Gwendal en una serie de conciertos de foIk más o menos electrificado que a priori resultan atractivos.
