Más de un millón rodando

En la actualidad, ruedan cada día por Madrid 1.200.000 vehículos. De ellos, 15.000 taxis y unos 4.000 autobuses. Pero su contribución a la contaminación atmosférica no es debida exclusivamente a los que utilizan motores diesel y consumen gasoil. Ni siquiera es sólo fruto de los gases de escape que expulsan a la atmósfera.Los neumáticos, por ejemplo, también contaminan. Cada autobús, considerando un recorrido medio, desgasta de tal forma sus neumáticos que deja, aproximadamente, 275 gramos cada día de partículas sólidas residuales de goma. Teniendo en cuenta el número de 4.000 que rueda diariamente, se alcanza una cifra de 1.100 kilogramos de partículas sólidas de goma que desprenden las ruedas de los autobuses cada día.

Y esto se refiere exclusivamente a los autobuses. Los forros de los frenos, por su parte, también producen contaminación, al verter a diario noventa gramos de partículas sólidas, que, multiplicadas por la cifra total de autobuses, da un total de 360 kilogramos al día de estas partículas sólidas.

Al mismo tiempo, el vertido de combustible y carburantes que, además, afectan negativamente a la seguridad, contribuye a la contaminación atmosférica.

Y, finalmente, los gases de soplado de cárter que normalmente son expulsados a la atmósfera y que también incrementan el nivel de contaminación.

Todo ello, pues, al margen de lo que podría considerarse exclusivamente como gases de escape, es decir, los humos que expelen los vehículos a la atmósfera a través de sus tubos de escape.