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Gromiko informó a Oreja sobre la Conferencia de Seguridad y relaciones Este-Oeste

El ministro soviético de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko, llegó ayer a Madrid a las 13.00 horas, en una visita oficial de dos días y medio de duración. Por la tarde, a las 18.00 horas, se entrevistó en el palacio de la Zarzuela con el rey don Juan Carlos. Dos horas antes,en el palacio de Santa Cruz, Gromiko tuvo su primer encuentro oficial con Marcelino Oreja, en el transcurso del cual el ministro soviético expuso los temas de política internacional que competen a ambos países, así como cuestiones de interés bilateral.

Portavoces del Ministerio de Asuntos Exteriores español manifestaron que Gromiko informó a su homólogo español sobre la posición soviética en el campo de la distensión; el alcance de las propuestas de Brejnev en Berlín, lo planes de rearme nuclear ele la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). y sobre la próxima Conferencia de Seguri dad y Cooperación Europea, en Madrid, el próximo año (CICE).Gromiko expuso también en la entrevista de ayer el tema del Oriente Próximo y el estado actual de las conversaciones entre Pekín y Moscú, tendentes a buscar una normalización de relaciones entre la Unión Soviética y China.

Gromiko llegó en un avión especial de la compañía aérea Aeroflot y declaró a su llegada que se sentía «satisfecho por visitar España. Tengo», añadió, «una sensación especial».

Rodeado de un imponente aparato de seguridad soviético, sus primeras palabras fueron una ironía hacia los focos de televisión instalados en la sala de prensa del aeropuerto: «No veo nada de lo que tengo delante », comentó.

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En el transcurso de la cena oficial en el palacio de Viana, el ministro español Marcelino Oreja aludió en su discurso a la «necesidad de que los Estados se abstengan de cualquier intervención directa o indirecta en los asuntos internos de los demás».

Tras reafirmar la creencia española en el diálogo como forma de solucionar todos los conflictos y que el Gobierno de Madrid trabajaba por el desarme: y la distensión, Oreja agregó que la paz radica «en el respeto y dignidad de la persona y los derechos inviolables que le son inherentes». Añadiendo que no puede haber distensión auténtica sin el respeto a esos derechos y libertades.

El ministro español también se refirió al tema del terrorismo en su discurso, aclarando que ha llegado el momento de sobrepasar las fronteras de «denuncia» de acuerdo con el Acta Final de Helsinki, para «pasar a un compromiso activo de cooperación internacional» con el fin de eliminar «con un esfuerzo concertado este grave peligro que a todos amenaza».

Oreja dejó claro en su alocución los estrechos lazos. que mantiene España con lberoamérica y el deseo «decidido» español por integrarse en las Comunidades Europeas. Si bien resaltó que «Europa es un todo», que al margen de las barreras económicas, políticas e ideológicas que se han levantado, «existe una comunidad real de intereses entre todos los Estados del continente», que debe estar al servicio de «la distensión y la paz», Gromiko aplaudió esta alusión.

Este tema lo hilvanó con la próxima conferencia europea de Madrid (otoño del 80), como medio de buscar el entendimiento «entre todos los pueblos de Europa», garantizando la dedicación de España hacia esta conferencia.

Por su parte, Andrei Gromiko matizó la diferencia de regímenes políticos de ambos; países; señaló que su visita demostraba la etapa de normalización de relaciones hispano-soviéticas, en base a un diálogo serio sobre temas de desarme y distensión, aludiendo que la paz es el camino de solución a los problemas actuales, como el hambre y el atraso económico.

Más adelante, el ministro soviético dijo que «el hecho negativo es la carrera armamentista que continúa. Más aún, ha surgido ahora una amenaza de la escalada de esta carrera en cuanto a Europa. Se intenta rellenar los territorios de una serie de Estados de Europa occidental, miembros de la OTAN, con nuevas armas cohetero-nucleares de medio alcance. Y esto ocurre en el ambiente de las recientes iniciativas pacíficas de la URSS, que no sólo permiten evitar el despliegue de la carrera armamentista en Europa, sino también hacerla volver atrás decididamente. Si quieren poner los cohetes en el umbral de nuestra casa, que no esperen que la Unión Soviética lo contemple con indiferencia». Esta es la posición oficial soviética mantenida recientemente también por el ministro de Defensa soviético, Dimitri Ustinov.

Gromiko aludió a que la URSS está dispuesta a entablar negociaciones previas acerca de los problemas de la distensión militar y el desarme europeo.

El ministro soviético aseguró que de acuerdo con las propuestas de Leónidas Brejnev, «nuestro país no utilizará sus armas nucleares contra aquellos Estados que se nieguen a producir y obtenerlas y no las tengan en su territorio. La Unión Soviética está dispuesta a formalizar una obligación correspondiente con todos los Estados interesados. Esta propuesta está dirigida también a España, teniendo en cuenta que, según lo anunciado, ahora ya no hay armas nucleares».

Andrei Gromiko habló del «potencial positivo» de la política española en base a «una política exterior independiente orientada hacia la paz y la distensión», expresando la confianza soviética de que España «siga por este camino».

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