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Los socialistas consideran aceptable el proyecto

Si se aceptan las enmiendas que recogen los acuerdos UGTCEOE a los artículos relativos a la negociación colectiva y se excluye del proyecto de ley la regulación del cierre patronal, podría quedar un Estatuto de los Trabajadores aceptable, según señalaron ayer -en el transcurso de un almuerzo informativo miembros del Grupo parlamentario del PSOE y dirigentes de la UGT.Joaquín Almunia, responsable de los temas sindicales en el PSOE y miembro de la Comisión de Trabajo del Congreso, explicó que el proyecto de ley presentado por el Gobierno -al igual que el redactado por el PCE- no responde a la concepción socialista de lo que debía ser un estatuto de los trabajadores. «No obstante», añadió, «la urgencia de regular las relaciones laborales y sustituir las leyes franquistas en este campo ha estado presente en la postura adoptada por los socialistas en estos debates. De ahí los acuerdos con la CEOE y la mejora del texto mediante unas enmiendas posibilistas, que tienen en cuenta el margen de acción que deja la correlación de fuerzas que existe en el Parlamento y el rechazo de voluntarismos que nos llevarían a posturas meramente testimoniales. Ello no significa abandonismo. El Estatuto hay que valorarlo globalmente, no sólo en su título I, correspondiente a los derechos individuales», añadió Almunia. «Es una norma de mínimos, y si, por otra parte, la ley favorece un contrapoder sindical, aquellos mínimos serán rebasados mediante la negociación colectiva y a través de la fuerza de los sindicatos. No obstante», continuó el dirigente socialista, «mantenemos muchas enmiendas de cara al Pleno».

Manuel Chaves, dirigente ugetista y diputado del PSOE, afirmó que el contrapoder sindical, mediante la negociación articulada, beneficiaría a la pequeña y mediana empresa, ya que en la grande este poder ya existía. Se le había planteado si no sería mayor la incidencia del título I del Estatuto (derechos individuales) que las de los restantes títulos (representación y negociación colectiva) en las más de 600.000 pequeñas y medianas empresas que existen en nuestro país, y, en consecuencia, si el mencionado contrapoder iba a poder aumentar en estas empresas los mínimos del título I. Almunia añadió que se habían mejorado también las facultades y garantías de los delegados de personal.

Los dirigentes socialistas insinuaron que el PC no quería encabezar el rechazo al Estatuto de los Trabajadores y había dejado que desempeñara ese papel Marcelino Camacho. Pero en el Parlamento, añadieron, están y actúan los partidos y no los sindicatos. Dijeron también que el convenio-marco que se intenta negociar con la CEOE está relacionado con el Estatuto, pero es un tema independiente en muchos aspectos (salarios y productividad, entre otros). «Yo creo que CCOO no tiene interés en el convenio-marco», dijo Chaves, «pero no le ha quedado otro remedio que participar para no ,quedarse excluido.»

Guillermo Galeote, por su parte, explicó que UCD está intentando aislar al PCE y busca chivos expiatorios a quien atribuir los problemas de la crisis o la conflictividad. «Nosotros no estamos de acuerdo con esta política, que consideramos peligrosa, pero tenemos también que decir», añadió el diputado socialista, «que los comunistas responden a la misma forma mecánica, ya que intentan capitalizar tal aislamiento. Yo estoy convencido que aunque se estuviera consiguiendo un Estatuto de los Trabajadores mejor», añadió Chaves, «la actitud del PCE y de CCOO sería la misma que está manteniendo .»

Insistieron en que los socialistas tienen muy en cuenta que «lo que la patronal, la derecha y el Gobierno de UCD pueden estar buscando a través del Estatuto es descargar la crisis económica sobre la clase trabajadora, y esto no lo podemos perder de vista». El Estatuto debe dejar un poco insatisfechos a todos. «Confiamos en que pueda ser aceptado por empresarios y trabajadores.»

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