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El Gobierno no negociará con los secuestradores del diputado de UCD Javier Rupérez

El Gobierno no aceptará ningún tipo de negociación con ETA político-militar para conseguir la liberación del diputado y secretario de relaciones internacionales de UCD, Javier Rupérez, secuestrado en la mañana del pasado domingo en Madrid por un comando de la citada organización. La negativa a negociar con ETA (p-m) y de no aceptar cualquier tipo de condición o chantaje fue decidida, en la noche de ayer, por el comité ejecutivo de Unión de Centro Democrático, que se reunió en el palacio de la Moncloa en presencia de Adolfo Suárez.En el comunicado de UCD se exige la puesta en libertad inmediata e incondicional de Javier Rupérez, se expresa solidaridad y pleno respaldo al presidente Suárez para «cuantas decisiones hubiera que adoptar», se transmite a la familia del diputado secuestrado el sentimiento de su plena solidaridad moral» y se condena «esta nueva manifestación de desprecio a los derechos humanos». Por su parte, ETA (p-m) difundió en la tarde de ayer otro comunicado en el que reivindica el secuestro y exige una nueva amnistía, la reintegración de Navarra en Euskadi y la salida de las Fuerzas de Orden Público de este territorio.

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Entre la dipilomacia y la política

Según todos los indicios, Javier Rupérez fue secuestrado alrededor de las nueve de la mañana del domingo, cuando se dirigía, desde su casa, hacia un hotel madrileño donde se celebró el pasado fin de semana una conferencia de partidos centristas iberoamericanos. Su retraso provocó la inquietud en los organizadores de la conferencia, que se trasladaron a su domicilio ya preocupados por la ausencia del diputado de las reuniones. A la una y cuarto de la tarde del domingo los primeros responsables de Unión de Centro Democrático alertaron a la policía, que inició un amplio despliegue en Madrid y alrededores con la intención de localizar al secuestrado y a su vehículo también desaparecido. Veinte horas más tarde, a las nueve y media de ayer, lunes, fue encontrado el vehículo abandonado en la Casa de Campo de Madrid, lo que confirmó la hipótesis del secuestro. A las cinco y media de la tarde, ETA (p-m) reivindicaba el atentado en un comunicado transmitido a diversos medios de comunicación del País Vasco y con una llamada telefónica a la delegación de la agencia France Presse en Bilbao.A la vista de estos hechos, el secretario de Estado para la Información, Josep Meliá, afirmó a EL PAIS que el Gobierno haría público un comunicado oficial condenando el secuestro y rechazando aceptar cualquier tipo de chantaje. «Estamos ante una dinámica similar a la que se impuso en el secuestro de Aldo Moro», señaló Meliá, quien, a su vez, confirmó la convocatoria de una reunión urgente y extraordinaria del comité ejecutivo de UCD en la noche de ayer.

El comunicado difundido por ETA (p-m) indica que, en las próximas horas, esta organización hará públicas las condiciones que considera imprescindibles para liberar a Javier Rupérez y señala que se decidió este secuestro para atacar al partido en el poder, al que acusa de ser máximo responsable de los últimos acontecimientos ocurridos en el País Vasco, con referencia a supuestas torturas a detenidos, a la negativa del Gobierno de conceder una nueva amnistía y a la muerte de Francisco Caballero y Miguel Arregui. Asimismo, la misiva señala que ETA (p-m) ha puesto en marcha la tercera fase de su operación «Con el Estatuto, los presos a la calle», que, como se recordará, comenzó con movilizaciones populares y siguió con atentados de bombas en centros turísticos de la costa.

Ante estos hechos, el diputado de Euskadiko Ezkerra, Juan María Bandrés, hizo ayer unas declaraciones en las que pidió la liberación de Javier Rupérez y recordó que en octubre de 1976 Rupérez intercedió para que le liberaran a él «cuando fue detenido por error, cosa que consiguió», señaló Bandrés.

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El diputado de UCD Javier Rupérez fue secuestrado el domingo por la mañana en Madrid

(Viene de primera página)

El secuestro se produjo en las primeras horas de la mañana del pasado domingo, en el momento en el que Javier Rupérez salía de su casa para dirigirse al hotel Monte Real donde él había convocado una reunión a las nueve y media de la mañana, en el marco de los trabajos de la Conferencia de Partidos Centristas Iberoamericanos, que se celebró el pasado fin de semana en el citado hotel madrileño (véase página 5).

A la vista de los efectos personales encontrados en su domicilio particular, en la plaza de la Morería, número 7, se supone que Javier Rupérez se despertó a las ocho y cuarto de la mañana del domingo -hora que marcaba su despertador-, tomó una ducha, se vistió con un traje azul marino y, después de desayunar un té, salió de su casa con destino al hotel Monte Real para participar en la reunión convocada por él. Las nueve de la mañana parecer ser la hora aproximada en que se produce el secuestro. Es posible que Rupérez fuese interceptado en el momento de subir a su automóvil, un Seat 127, matrícula M-4032-AL, y obligado a dirigirse a la Casa de Campo, exactamente al llamado camino de Garabitas, próximo al puente de los Franceses, donde los secuestradores realizaron un cambio de vehículo y abandonaron el citado Seat.

Esta hipótesis de los hechos puede tener múltiples variantes, sobre todo porque desde la noche del sábado, desde las 23.30, momento en el que abandonó la Conferencia Iberoamericana, no se conoce que se hubiera entrevistado con nadie ni tampoco fue visto entrar o salir de su domicilio. Incluso se desconoce si Javier Rupérez cenó en algún lugar antes de llegar a su casa, en la noche del sábado, donde se presume que durmió, visto el estado de su dormitorio, encontrado el traje que llevaba el sábado y al hallarse húmeda la bañera. Además, una vecina confirmó haber escuchado el ruido de la ducha a primeras horas de la mañana del domingo.

A las diez de la mañana, los dirigentes de UCD que esperaban a Rupérez para comenzar la reunión empezaron a preocuparse con el retraso. Llamaron a su domicilio repetidas veces y, un poco más tarde, decidieron personarse en casa para ver si le había ocurrido algún contratiempo. Como no consiguieron confirmación alguna de los vecinos de haber sido visto -tan sólo el detalle del ruido de la ducha-, se decidieron a entrar en la casa a través de una cristalera interior porque la puerta, con múltiples sistemas de seguridad, se encontraba cerrada con llave (hace dos veranos Javier Rupérez sufrió un robo en su casa). A partir de este momento, y una vez transcurrido cierto tiempo, los miembros de la secretaría de Relaciones Internacionales de UCD y el responsable de seguridad del partido decidieron informar a la policía sobre la desaparición. Eran, en ese momento las 13,15 horas del domingo

A partir de este momento, las brigadas de información y policía judicial de Madrid, Guardia Civil, Policía Municipal y brigadas centrales, iniciaron un amplio despliegue de búsqueda e investigación del caso, que, durante el domingo, fue dirigida por el propio gobernador civil de Madrid, Juan José Rosón. A lo largo del día se establecieron 43 controles policiales en el casco urbano de Madrid, salidas de la capital y carreteras vecinales, procediéndose a la identificación de numerosos vehículos, en una operación en la que participaron doscientos agentes y en la que se produjo la detención de unas cien personas, de «distintas nacionalidades».

Se buscó, desde un principio, un Seat 127 azul, pero con una matrícula distinta a la exacta del automóvil de Rupérez, porque la familia desconocía qué coche utilizaba, ya que su mujer, que pasaba el fin de semana en Cuenca con su hija, se llevó un vehículo. El automóvil fue recuperado veinticuatro horas más tarde, a las 9.30 de la mañana del lunes, en unos matorrales de la Casa de Campo, en el camino de Garabitas, lugar éste próximo a la pista que circunvala Madrid, la M-30 y alas salidas de la capital que conducen hacia Extremadura y La Coruña.

Teniendo en cuenta estos datos y si, además excluímos la posibilidad de que el secuestro se realizara en la noche del sábado, el comando de ETA político-militar tuvo cerca de cuatro horas para trasladar su rehén a algún piso franco o casa en el casco urbano, alrededores de Madrid o, incluso, fuera de esta provincia.

Localizado el coche en la Casa de Campo

El retraso informativo dificultó la labor de la policía, y la matrícula errónea, quizá la localización del automóvil, que, al parecer, se ha convertido en la única pista seria para intentar seguir e identificar a los secuestradores. Perros policías han buscado rastros en la Casa de Campo y expertos intentaron ayer obtener huellas dactilares del automóvil, que apareció con una puerta abierta, sin llaves y con la docurrientación completa. Los cristales y el techo del coche estaban húmedos por el rocío, por lo que se supone que pasé probablemente todo el día y la noche del domingo en el lugar donde lo encontraron.

Las primeras reacciones al secuestro comenzaron a surgir el domingo por la tarde en la Conferencia de Partidos Centristas Iberoamericanos, donde la noticia se transmitió con rapidez. El propio presidente Suárez, que asistió a la clausura, hizo entonces una primera declaración, mostrando su preocupación por la desaparición. En ese momento empezaron a circular distintas tesis sobre posibles autores y móviles del secuestro, y entre ellas las siguientes: ETA y amnistía; el Polisario, ante el aniversario del acuerdo tripartito de Madrid; los GRAPO y grupos de izquierda o derecha latinoamericanos. Se recuerda que el extremista Jorge Cesarsky había intentado entrar en la reunión iberoamericana sin éxito, y que ciertos partidos americanos contestaron la selección de los invitados.

A última hora de la tarde del domingo comenzó a tomar consistencia la tesis del secuestro. El presidente Suárez se había reunido con sus íntimos colaboradores y en la sede central de UCD se creaba un servicio permanente de vigilancia para recoger datos y recibir informaciones que pudieran facilitar el paradero de Rupérez.

Por su parte, la familia de Rupérez se reunía en casa del secuestrado, adonde llegó su mujer desde Cuenca, y en el domicilio de su madre, donde pasaron toda la noche en compañía de amigos, a la espera de noticias. Ignacio Rupérez, hermano del secuestrado, conversó esa noche y durante todo el día de ayer con representantes de los medios informativos transmitiendo la escasa información que tenían en las primeras horas.

Durante la tarde del lunes, y una vez conocida la confirmación del secuestro y su reivindicación por ETA político-militar, comenzaron a hacerse públicos toda una serie de comunicados de partidos políticos españoles y extranjeros condenando el secuestro.

Felipe González y Santiago Carrillo, líderes del PSOE y el PCE, coincidieron ayer en manifestar, tras una reunión de delegaciones de ambos partidos que ellos presidieron, que de ninguna manera se puede ceder ante el acto de fuerza y de terror que supone el secuestro, y que, por tanto, no hay ni que entrar en el estudio de las reivindicaciones de ETA, si antes no es liberado, sano y salvo, Javier Rupérez. Carrillo dijo que no se pude hablar de amnistía mientras haya terrorismo, que Navarra debe decidir por sí mismo, y que la salida de las FOP del País Vasco no es negociable.

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