Criquielion, vencedor en Montjuich

La escalada al castillo de Montjuich en su edición 1979 fue distinta a las anteriores, sin responder a los planteamientos esperados. El vencedor resultó ser una agradable sorpresa: Criquielion; el favorito a priori Hinault, una decepción; el favorito sobre la marcha, Zoetemeik, un gigante con mala fortuna; en cuanto a las malas perspectivas sobre los españoles, fueron borradas por el magnifico segundo puesto del catalán Pedro Vilardebó.

Por otro lado, el ambiente enrarecido que se esperaba, lo fue menos, ya que en las reuniones del sábado no ocurrió nada destacable, y tampoco se llegó a resolver ninguno de los puntos a debate.El belga del Kas Claude Criquielion, a sus veintitrés años, y con muy poca experiencia como profesional, apunta unas cualidades extraordinarias. Además se le da bien correr en España; esta temporada ha participado en dos pruebas catalanas y en ambas ha vencido. En primavera ganó la Semana Catalana de Ciclismo y, ahora, en otoño, la escalada. Es necesario significar que la victoria de Criquielion no puede cifrarse en el bajo rendimiento de Hinault, y ni tan siquiera en la desgracia de Zoetemelk (dos caídas y dos reventones). Criquielion supo vencer. Se impuso, junto con el veterano Agostinho, en la prueba por parejas; hizo segundo, tras Juan Fernández, en la prueba en línea, y venció inapelablemente en la contra reloj individual, superando al segundo clasificado en seis segundos. En total realizó un tiempo de 53 minutos, doce segundos, con veinticuatro sobre Vilardebó, cuarenta sobre Zoetemelk, 48 sobre Battaglin, y 1,36 sobre el fracasado Hinault.El premio a la desgracia recayó en el holandés Zoetemelk, quien, tras batirse denodadamente contra las terribles cuestas de Montjuich y contra la adversidad que le acompañó durante toda la matinal, debió de conformarse con un honrosísimo tercer puesto, que hubiera sido brillante para cualquier otro corredor y en cualquier otra circunstancia. En su caso fue una auténtica hazaña, sobre todo teniendo en cuenta que, tras la primera caída, sus posibilidades de vencer disminuyeron.De muy diferente manera se comportó Hinault. El galo se quejó primero de la dureza de las rampas, calificándolas de rompepiernas; luego se escudó en una mala elección de desarrollos, aunque no le quedó excusa para la contra reloj final, en la que fue, una vez más, batido ampliamente.

Entre los españoles fue Vilardebó, con su segundo puesto en la contra reloj y en la general, el mejor. También destacó la victoria de Fernández en la prueba en línea y la buena clasificación final de Rupérez, que fue quinto, a cincuenta segundos del vencedor y detrás de dos hombres como Zoetemelk y Battaglin. Este último, luchador como siempre en los primeros puestos, volvió a quedarse sin triunfo una vez más esta temporada. Su trayectoria merecía cuando ésta termina algún otro éxito en pruebas importantes. La caída que le provocó Raas en el Mundial de ruta fue el colmo de su mala suerte.