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La creación del Sistema Monetario Europeo, resultado de la debilidad crónica del dólar

El padre espiritual del Fondo Monetario Internacional, el profesor Robert Triffin, de la Universidad de Yale, mantuvo ayer, en una conferencia celebrad a en la sede del Banco Exterior de España que la creación del Sistema Monetario Europeo (SME) fue una respuesta de la CEE ante los desajustes introducidos en el sistema financiero mundial por la continua depreciación del dólar, y argumentó que la inestabilidad de la moneda norteamericana continuará hasta que Estados Unidos no consiga eliminar sus crónicos déficit.

El profesor Triffin, que enseña ahora momentáneamente en la Universidad de Lovaina, había presentado también una ponencia sobre el Sistema Monetario Europeo (SME) en la II Conferencia sobre Integración y Desarrollo, que se clausura hoy en Madrid. Estas conferencias fueron organizadas por el Banco Exterior de España, el Instituto Iberoamericano de Cooperación y la Universidad de Sussex, y contaron con la presencia de economistas y expertos en la integración europea de nuevos países de la CEE y de los tres «candidatos»: España, Portugal y Grecia, así como destacadas figuras de otras naciones.En su ponencia, el profesor Triffin mantuvo que la unión monetaria europea es un concepto inseparable de la unión política, y añadió que, en última instancia, el SME tendrá que convertirse en un nuevo sistema monetario europeo antes de dos años, tal como se acordó en la cumbre de creación del SME. El experto monetario norteamericano también añadió que la institucionalización del ECU (unidad de cuenta europea) no se logrará definitivamente hasta que dicha moneda europea no sustituya a las monedas nacionales de los países de la CEE y, en cierto sentido, hasta que el ECL pueda intercambiarse en las operaciones privadas de mercado.

El profesor Triffin señaló que uno de los factores que han dado lugar al SME y han acabado, en cierto sentido, con el espíritu de Bretton Woods (conferencia donde se creó el FMI) ha sido e aumento incontrolable de las reservas internacionales, que en sólo tres años (1970-1972) se doblaron y que, en la segunda etapa de los seis años posteriores -en los que ha estado vigente el sistema de flotación de los tipos de cambio-, se han llegado casi a doblar de nuevo.

Según el experto monetario, las presiones inflacionistas de estos incrementos de reservas (79.000 millones de DEG en 1969, hasta 279.000 millones de DEG en 1978) han sido enormes y han puesto en peligro, como lo demuestran los últimos acontecimientos, la estabilidad del sistema financiero mundial. Para protegerse de estas tensiones inflacionistas, los países de la CEE han tenido que recurrir a dos actitudes encontradas: así, cuando los miedos inflacionistas eran dominantes, las autoridades monetarias se negaban a adquirir dólares, y cuando el miedo se centraba en el desempleo y la recesión, los bancos centrales invertían en el mercado para mantener el valor del dólar y evitar así una apreciación excesiva en su propia moneda.

La ponencia del señor Triffin fue objeto de una discusión por parte del profesor Manuel Varela Parache, catedrático de Organización Económica Internacional de la Universidad de Madrid, y del profesor Jaime Requeijo, director general del Banco de Crédito a la Construcción. En la discusión, celebrada a puerta cerrada, se trataron temas telacionados con la posible estabilidad del SME, su papel en el conjunto del Sistema Monetario Internacional, y la posibilidad de acceso de los tres países candidatos al SME. Quedó de manifiesto la absoluta necesidad de reajustes de la economía norteamericana, que abran paso a la definitiva reforma del SMI, porque sin ésta la viabilidad del SME no puede ser total, corriendo el peligro de que el ECU entrase en competencia con el dólar como moneda paralela internacional, lo cual no es deseable. El profesor Triffin se mostró moderadamente optimista sobre las posibilidades futuras del SME, por considerar que la actual situación presenta unos caracteres insostenibles que obligan a la toma de decisión en el sentido antes mencionado. También se ha puesto de manifiesto la necesidad de controlar de alguna forma el euromercado y de limitar la cantidad de financiación internacional. El acceso de los tres candidatos al SME está aún sin trabajar, aunque parecen existir ideas que pudieran favorecerlo.

Otras intervenciones

En los encuentros, que finalizarán hoy en la sesión de clausura, con discursos de los representantes de los grupos organizadores, se trató especialmente los problemas económicos globales y sectoriales que plantea la ampliación de la CEE. En el caso de España, intervino el profesor Payno, de la Universidad Complutense, a la que aportó datos complementarios el profesor Juan Muñoz, del Instituto de Cooperación Iberoamericano.

Para el profesor Payno, la adhesión a la CEE tiene aún un sentido de necesidad histórica más serio, y que es independiente del coste o del beneficio económico a corto o medio plazo, aunque no deja de tener sentido económico: desde hace siglos, por decisión del poder, el país quedó aislado del mundo y marginado de las corrientes, fenómeno reproducido en el último medio siglo. Esta situación correspondió a la constitución de los grupos de interés dentro del país y favoreció su perpetuación. De modo que la recuperación de España para el mundo internacional supone, además, la única posibilidad con cierta garantía de éxito a largo plazo de que definitivamente la dinámica de la vida española tome nuevos rumbos.

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