El desastre persigue a la McDonnell Douglas
El trágico accidente ocurrido el pasado 25 de mayo al estrellarse en Chicago un DC-10, con un balance de 276 víctimas, ha sido el desencadenante de la polémica sobre la seguridad de tres de los modelos comerciales (DC-8, DC-9 y DC-10), fabricados por la compañía norteamericana McDonnell Douglas. El fallo de los tornillos de sujeción de los motores, causa del accidente, hizo pensar en la catástrofe de marzo de 1973, cuando un DC-10 de las líneas aéreas turcas se estrelló en las cercanías de París y produjo la muerte de los 346 ocupantes del avión. El accidente, segundo en importancia de la historia de la aviación comercial, se debió a un fallo en el ensamblaje de las puertas.Fallos de fabricación o estructurales parecen haberse ensañado con los aviones fabricados en la planta que McDonnell Douglas tiene en Long Beach, California. El 23 de junio de 1978, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos confirmó el hallazgo de grietas en las alas de dieciséis Super DC-8, de las series 62 y 63.
A raíz del accidente de Chicago, la Administración americana ordenó la revisión de los DC-10, con una prohibición de vuelo de los aparatos que duró 37 días. Otros muchos Gobiernos imitaron la medida. Pero pocos días después, el 26 de junio, se encontraron deficiencias en las alas del DC-8. Y a finales de julio, un estudio técnico daba como resultado que en los últimos once días diez DC-10 habían experimentado fallos técnicos. Modelos de otras compañías sometidos a inspección mostraron también deficiencias.
Aterrizajes forzosos
Por otra parte, los accidentes se han sucedido con frecuencia en los últimos meses. El 22 de julio un DC-10 tuvo que realizar un aterrizaje forzoso en Baltimore (EEUU), por fallo en uno de sus motores. El 14 de septiembre murieron los 31 ocupantes de un DC-9 de la compañía Ati, al estrellarse al sur de Cerdeña. Tres días después un DC-9 de Air Canada realizó un aterrizaje de emergencia al despegársele la cola.El pasado 25 de septiembre un DC-9 de Iberia, que realizaba el vuelo Madrid-Zaragoza, con 56 pasajeros a bordo, estuvo al borde de la catástrofe al estallar el motor de la parte trasera. Y el día 27 un DC-8 perdió parte de una de sus alas al tomar tierra en el aeropuerto de Osaka, Tokio.
Una de las compañías más importantes del mundo
En los últimos años, otros accidentes importantes han afectado a aviones de esta compañía, una de las más importantes del mundo y cuyo modelo DC-10 ha transportado en ocho años 220 millones de pasajeros y realizado un total de cuatro millones de horas de vuelo.En marzo de 1973, 68 pasajeros de un DC-9 de Iberia murieron al chocar, sobre suelo francés, con un Convair Coronado de la compañía Spantax, ambas españolas. También en abril de 1977 murieron 68 personas que viajaban en un DC-9 que se estrelló en Georgia.
En noviembre de 1978 murieron 212 pasajeros de un DC-8 en Sri Lanka, y en diciembre de ese mismo año, en Sicilia, 108 personas que viajaban en un DC-9 de la compañía Alitalia.
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