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EEUU se comprometió en el Fondo Monetario a estabilizar su divisa y controlar sus precios

Estados Unidos se comprometió ayer ante la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) a mantener una firme política antiinflacionista y de austeridad y a restaurar el valor del dólar en los caóticos mercados de cambio mundiales. El secretario del Tesoro, William Miller, en su intervención ante la 34.º sesión anual del FMI y Banco Mundial, abogó también por la concesión a este organismo mundial de amplios y nuevos poderes para vigilar las políticas económica y monetaria de los países miembros, de forma que se pueda evitar un eventual colapso económico y financiero.

Tras aceptar para Estados Unidos el papel de economía locomotora del mundo industrializado, el representante norteamericano señaló que «restaurar el crecimiento equilibrado de la economía mundial requerirá reajustes decididos internos por parte de todos los países, tanto grandes como pequeños».Las primeras repercusiones del discurso tranquilizador y firme, en cuanto a promesas, del responsable de la política económica norteamericana, fueron inmediatas en los mercados de cambio mundiales. El oro, que llegó a cotizarse el martes, en algunos momentos, a 448 dólares por onza, para cerrar ese día a 418 dólares en Londres, inició una caída paulatina en todos los mercados. El fixing final en Londres fue ayer de 392 dólares. El dólar, por su parte, que perdió varios puntos en las jornadas del lunes y martes, comenzó a recuperarse ayer.

El representante del Tesoro norteamericano, al prometer combatir la inflación con firmes medidas fiscales y monetarias, suscribió la tesis oficial de los directivos del FMI de que las tensiones y presiones inflacionistas son el principal mal de la situación económica mundial. Miller también advirtió sobre los fuertes desequilibrios existentes en las balanzas por cuenta corriente de algunos países miembros y responsabilizó al incremento último de los precios del petróleo.

Mientras que el discurso de Miller fue, en mayor o menor grado, ratificado por las intervenciones de los ministros de Finanzas de Alemania, Japón, Francia, Italia y Gran Bretaña, recibió una crítica implícita por parte de los países productores de petróleo, como Arabla Saudita, Ecuador y hasta México, que se quitaron la responsabilidad de encima en lo que respecta al efecto inflacionista de sus decisiones sobre los aumentos de los precios del crudo.

En cuanto a la intervención de Miller, hay que destacar varios puntos, especialmente importantes en cuanto al impacto que tendrá sobre la economía mundial, el éxito de las medidas que se adopten en Washington.

1. Estados Unidos mantendrá sus restrictivas políticas monetarias y fiscales. Es de esperar, pues, que la reserva federal incremente aún más los tipos de interés, incluso por encima del 14,5%. El regreso anticipado de Paul Volcker, presidente de, la Reserva Federal, a Washington, acentuó los rumores en tal sentido.

2. Estados Unidos habrá controlado el próximo año su déficit de 14.000 millones de dólares por cuenta corriente. Este año, el déficit de 1978 se habrá reducido en «algunos miles de millones» y para 1980 Miller prometió que habrá superávit, pese al incremento en 16.000 millones de dólares en el costo de las importaciones petrolíferas.

3. Estados Unidos podría intervenir con un conjunto de medidas a especificar -similares a las del pasado noviembre- de apoyo del dólar. Miller prometió firmeza y anticipó que el Gobierno norteamericano «actuará vigorosamente para cumplir esta obligación» de mantener estable el dólar. Refiriéndose a la queja de los países de la OPEP sobre la pérdida de valor de la divisa norteamericana, señaló que, en términos de las monedas de los países de la OCIDE, el dólar está un 5% por encima del nivel que estaba el pasado otoño, y en cuanto a la OPEP, un 8% por encima del valor del año pasado.

No obstante estas promesas, en medios de la reunión de Belgrado se considera improbable que Washington actúe de una forma inmediata, al margen de los compromisos de actuación conjunta adquiridos con Alemania en los mercados cambiarios.

Más poder al FMI

El secretario norteamericano señaló también que la situación económica mundial exigirá en el futuro un mayor campo de actuación del Fondo para coordinar las políticas económicas de los países miembros. Propuso que se le conceda más poder en el campo de la vigilancia, con entrega de informes periódicos de los países miembros sobre sus políticas económicas, y que se cree un consejo, sucesor del comité interino, que tenga un papel más activo y directo en esta vigilancia. Simultáneamente añadió Miller que era necesaria una mayor cooperación del FMI con los mercados financieros privados, verdaderos instrumentos del reciclaje de dólares.

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