La fiebre del oro
«Volcker, hoy presidente del Sistema Federal de Reservas de Estados Unidos, declaró hace menos de dos años que, con la desmonetización del oro decidida en la conferencia de Jamaica de enero de 1976,el problema del metal precioso estaba definitivamente solucionado y que su precio, a largo plazo, no podía orientarse más que hacia la baja. Pero hoy debe dirigir la política monetaria americana en una atmósfera sensiblemente diferente.Se puede considerar como extraño el frenesí que se ha apoderado del mercado internacional del metal precioso, Ia decisión que adoptó el martes el Instituto de Emisión americano de subir una vez más su tasa de descuento. Pero es innegable que el alza extraordinaria de la cotización del oro es un elemento importante de la situación, y tanto las autoridades monetarias como Wall Street están obligadas a tomarlo en consideración. Tal es el caso también para los dirigentes y los medios financieros europeos. Pero el hecho es que en Estados Unidos, debido a la existencia de un mercado a plazo y a su modo de funcionamiento, la especulación es más peligrosa para el conjunto del sistema monetario y financiero, sometido ya a fuertes tensiones.
En Francia y en los otros países del viejo continente (sin olvidar las islas Británicas) la fiebre del oro es, desde el punto de vista de la economía general, lamentable. )»
20 de septiembre
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.