Más sobre el Madrid de los Austrias
En EL PAÍS de 8-8-1919 leo una carta -y conociendo nuestro pueblo no creo que sea la última-en la que el autor califica de «atropello» una medida que el Ayuntamiento de Madrid ha tomado con seis o siete años de retraso. Aunque se podrían escribir muchos folios sobre el tema, me reduciré a bien pocos comentarios, por el momento:1. Un Ayuntamiento de base socialista se debe a la mayoría que
(Pasa a la página 10)
(Viene de página 9)
lo eligió, y dudo que esa mayoría esté «motorizada», como también dudo -y casi estoy dispuesto a negar- que la mayoría de los habitantes de la zona del casco viejo afectada por la medida municipal lo estén. Por consiguiente, esa gente que no disfruta del nuevo becerro de oro que es el automóvil no tiene por qué soportar que los demás le machaquen sus aceras, le impidan el paso y le conviertan sus plazas en depósitos de chatarra, como ejemplo más claro, y no único; ahí está la plaza del Cordón en la zona afectada.
2. No es de extrañar que de un no profesional del urbanismo surjan. opiniones que ignoren el uso del barrio y sólo tengan en cuenta los intereses personales; pero creo que quien ni opina debía recapacitar que el hombre tiene su vida encajada en urbanismos siempre, atrasados, y lo más que puede hacer es adaptarlas a su nueva forma de vida, siempre que sea posible. Pero. cuando un barrio se generó en el siglo XVI y anteriores, para una sociedad que viajaba a caballo y a pie, difícilmente puede adaptarse a nuestra actual sociedad motorizada, y la única postura racional consiste en presentar en lo posible la zona de la invasión del vehículo. Ejemplos de lo que digo los tenemos en el barrio gótico de Barcelona y en ciudades del extranjero, como Gante, Brujas y Florencia, por no mencionar más que unos pocos.
3. Por último, considero que cuando una familia compra un coche no lo hace porque disponga del dinero jusio para la adquisición, por lo que debieran hacerse otro tipo de consideraciones, como, por ejemplo, la necesidad real de motorizarse y las posibilidades de aparcamiento en la zona donde reside -,en las que se incluye el posible pago de un garaje, ya que es de suma comodidad adquirir un coche que pasará a engrosar la lista de chatarra que ensucia las calles de nuestra ciudad confíado en aparcarlo en la calle-, y, si el caso se presenta, hasta en las aceras que son de usoexclusivo del peatón.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.