Los comunistas se oponen al carácter "fundamental" de la asignatura de religión
El Grupo parlamentario Comunista se opondrá mañana, en el Pleno del Congreso, a que la enseñanza de la religión tenga el carácter de asignatura fundamental, y a la implantación del denominado «impuesto religioso». Sólo sobre ambos puntos del acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede existen discrepancias por parte del citado grupo de la oposición, único que mantiene enmiendas contrarias a la ratificación del acuerdo.La propuesta de ratificación de los acuerdos entre España y la Santa Sede en materia de enseñanza y asuntos culturales, economía, asuntos jurídicos, asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas y servicio militar de clérigos y religiosos fue adoptada por la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso el pasado 31 de julio y se encuentra pendiente de la decisión que mañana tome el pleno de la Cámara. En aquella sesión, el diputado comunista Jaime Ballesteros defendió objeciones a cuatro de los acuerdos citados, pero anunció la retirada de las relativas a asuntos jurídicos, por entender que las explicaciones dadas por el ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, dejaban claro que el Gobierno no cerraba la vía al divorcio. Asimismo, el Grupo Comunista retiró la reserva en relación con el acuerdo sobre asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas.
Los comunistas mantendrán su propuesta de no ratificación del acuerdo sobre enseñanza y asuntos culturales, con base en «una escrupulosa defensa del texto constitucional». Entienden que el respeto a la libertad de conciencia es conculcado por la definición que se hace de la enseñanza de la religión como asignatura fundamental, evaluable, aunque no obligatoria, y cuyos profesores «formarán parte, atodos los efectos, del claustro de profesores de los respectivos centros». Tal definición la consideran de hecho como discriminatoria, «por cuanto obliga», dice el PCE, «a un pronunciamiento, negativo de los padres de alumnos que decidan prescindir de tal enseñanza para sus hijos». La solución propuesta por los comunistas es que la enseñanza de la religión tenga carácter de materia complementaria.
En cuanto al acuerdo de asuntos económicos, la discrepancia co munista se centra en el sistema del llamado impuesto religioso, que al llevar consigo la constancia en documento público de la afiliación religiosa podría suponer una coacción para quienes no declararan ninguna adscripción, así como una desigualdad fiscal en lo que se refiere al sostenimiento de los gas tos públicos de acuerdo con la ca pacidad económica de cada ciudadano.
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