Sadat y Begin concretaron una estrategia común contra el Frente del Rechazo árabe

Progresos en las relaciones bilaterales, bloqueo de las negociaciones sobre la autonomía y la firme decisión de continuar el diálogo, este es el balance de dos días de conversaciones en Hafta entre el presidente egipcio, Anuar el Sadat, y el primer mandatario israelí, Menahem Begin.

Como estaba previsto, el primer ministro israelí aceptó adelantar la evacuación de la región de Santa Catalina, con objeto de permitir al presidente egipcio la organización de una ceremonia religiosa simbólica en el monte Sinai el 19 de noviembre próximo, con motivo de la llegada de Sadat a Jerusalén hace dos años.A cambio, los turistas israelíes podrán desplazarse a Santa Catalina en autobús, automóvil o avión, como bajo la ocupación israelí, sin tener que esperar los cinco meses necesarios al establecimiento de relaciones diplomáticas y consulares entre ambos países. Ambos dirigentes llegaron también a un compromiso sobre el abastecimiento petrolífero de Israel por parte de Egipto. Por último, pero esto ya se sabía de antemano, Sadat y Begin aprobaron el acuerdo al que habían llegado sus ministros de Defensa sobre la sustitución de las fuerzas de la ONU en el Sinaí.

Incluso el presidente egipcio precisó al respecto que no iba «un veto soviético (oponiéndose a la prolongación del mandato de los cascos azules) a impedir nuestro acercamiento a la paz. Diría más bien lo contrario: el proceso de paz resultará fortalecido».

En el curso de la conferencia de prensa que dieron al término de su entrevista, Sadat y Begin adoptaron un tono prudente y paternalista para contestar -o, a veces, para no contestar- a las preguntas de los periodistas, incluso las más pertinentes.

Al ser preguntado Begin si estaría dispuesto a entrevistarse con Yasser Arafat si la OLP aceptase la resolución 242 de, las Naciones Unidas y renunciase al terrorismo, contestó: «Entonces no se trataría de la OLP. Sepa usted, amigo mío, que si para otros países del mundo Oriente, Próximo, un eventual Estado palestino y la OLP son cuestiones de política exterior, para nosotros, israelíes, se trata de una cuestión de supervivencia. Estamos dispuestos a vivir al lado de los árabes palestinos, a los que hemos ofrecido la autonomía, pero no queremos morir ni permitir a los asesinos de la pretendida OLP que continúen sus actividades criminales.»

Al término de esta nueva ronda de conversaciones queda claro que el presidente egipcio no hará nada que pueda provocar una ruptura o incluso una crisis grave en torno a los desacuerdos sobre la cuestión palestina mientras Israel no haya evacuado todo el Sinaí. Pero también el encuentro de Hafta ha puesto de relieve que el grueso de las conversaciones entre Sadat y Begin no ha sido sobre el petróleo, ni sobre los cascos azules del Sinaí, ni siquiera sobre la autonomía. Como en su encuentro anterior en Alejandría, el principal tema de conversación entre ambos mandatarios giró en torno a la evolución político-estratégica de Oriente Próximo y en concreto sobre la situación en Líbano, los problemas internos sirios y la rebelión kurda en Irán. Sadat y Begin siguen buscando una estrategia común para, aprovechando estos acontecimientos, debilitar al Frente del Rechazo árabe. Ambos dirigentes se felicitaron a este propósito de las dificultades internas del régimen del presidente sirio, Assad, dificultades que incrementan el margen de maniobra del rey Hussein de Jordania, al que Sadat aludió al mencionar a otros países que podrían sumarse al proceso de paz. Según aseguraron fuentes fidedignas a este corresponsal, uno de los temas tratados consistió en evaluar en qué medida Egipto, que tiene la intención de brindar una ayuda militar a Marruecos, en guerra con el Polisario, y que teme una «provocación» libia, pueda contar con la ayuda de Israel para impedir toda aventura iraquí en el golfo Pérsico.