Un botánico
de origen prusiano, Kraemer Koeller, ha conseguido atragantarle el desayuno a los habitantes de una ciudad canaria, Icod de los Vinos, en Tenerife, donde siempre se dijo que había un hermoso drago milenario (de más de 2.000 años), guardado como oro en paño por los naturales del lugar, cantado por poetas y visitado por los curiosos turistas que van a aquella tierra. El doctor Koeller, que anoche pronunció una conferencia sobre el tema en Las Palmas, ha dicho que el famoso drago no tiene 2.000 años, sino quinientos años. Según él, ha descubierto un sistema infalible para medir la edad de los dragos. Los tinerfeños no le habrán. escuchado con agrado, pero es posible que el famoso drago se haya sentido agradecido al no sentirse tan viejo.
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