Mexander Godunov
Ya no tiene aquella apariencia de joven feliz que mostraba en las playas de Canadá posando con'su esposa, la bailarina Viasoya. Desde aquella fotografía, publicada en la última página de EL PAÍS cuando estalló el affaire y el bailarín del Bolshoi soviético obtuvo asilo político en Estados Unidos,ocurrió toda una película de sucesos que concluyó con el caluroso recibimiento que su esposa recibió en, Moscú. En una r:üeda de prensa en Nueva York, el bailarín asilado ha mostrado una gran preocupación en el rostro, ha evadido las preguntas sobre su esposa y ha repetido hasta la. saciedad.que se exilió «sólo por razones artísticas". Sus gestos de hoy valen por las palabras que ni uno ni otro componente del matrimonio están diciendo, respectivamente, en EEEUU y en la URSS
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