Marruecos no concreta sus amenazas contra España
La polémica surgida en Marruecos en torno a las últimas declaraciones del ministro español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, ha sufrido, a nivel oficial, un receso, nada más comenzada, a causa de la fiesta que comenzó ayer al finalizar el mes de ayuno de Ramadán.La prensa continuó, sin embargo, en sus ataques a la diplomacia española por la política en relación con el Sahara, al tiempo que inició especulaciones sobre posibles presiones contra nuestro país en el tema de Ceuta y Melilla y sobre la pesca.
Desafiando a una vieja superstición, que considera maléfico para reyes y príncipes orar dos veces el viernes, el rey Hassan II presidió ayer dos oraciones, una, matinal, por el final del mes de ayuno de Ramadán, y otra, vespertina, habitual por el viernes, día festivo y religioso en el mundo musulmán.
El Ministerio de Habbus (Asuntos Religiosos), anunció ayer, después de que el cuarto creciente mínimo de la Luna fuera observado en Dajla, ahora la parte más meridional del reino y la primera por donde sale el Sol en Marruecos, el final de este largo mes de ayuno, abstinencia y meditación que desde los tiempos del profeta se impone el mundo musulmán.
El «aid el fitr» o «aid es seguir» comenzó ayer y durará hasta el lunes. En un principio, se había pensado que se retrasaría al sábado, para evitar que el rey, príncipe de los creyentes, tuviera que rezar dos veces el viernes. Se recordaba que en 1971 tuvo lugar un atentado contra el soberano, y el Ramadán también terminó en viernes.
Esta vez, por el contrario, los marroquíes celebran con particular énfasis esta festividad, que coincide con la anexión final al territorio nacional de la ex provincia mauritana de Tiris el Garbia.
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La prensa pide que Marruecos nos anul los "privilegios" pesqueros
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Asimismo, y como señal de una mayor cohesión de las fuerzas internas ante estos momentos difíciles por que atraviesa Marruecos, la Unión Nacional de Fuerzas Populares, que controla el poderoso sindicato Unión Marroquí del Trabajo (UMT), y que en el pasado se había abstenido de apoyar la postura marroquí con respecto al Sahara y vis-a-vis de Argelia, se unió en los últimos días al grueso de los partidos y ha expresado públicamente su adhesión al rey y a la política seguida por éste con respecto al Sahara y específicamente la anexión del Oued ed Dahab.
La mayoría de los diarios señalan, al especular sobre las posibles medidas que podría tomar Marruecos por la actitud española, la inserción dentro de la agenda de su diplomacia de la reivindicación de Ceuta y Melilla, y la anulación de los «privilegios» concedidos a los pesqueros españoles en las costas marroquíes, que un periódico recuerda que se extienden desde Tanger a Dajlak, o sea más de 3.000 kilómetros.
El diario comunista Al Bayane informaba ayer que su secretario general, Ali Yata -que por cierto siempre puede ser tomada como referencia a la hora de señalar la cota máxima de las recriminaciones contra España-, había pedido al Parlamento marroquí que solicitase del Gobierno la cancelación de los acuerdos pesqueros con España, y que se plantease el problema de Ceuta y Melilla.
El líder comunista, sin embargo, no se detenía ahí, sino que precisaba, en su alocución ante los diputados de la comisión parlamentaria citada, que Marruecos debería asimismo hacer entender a España que, aunque no tiene ninguna reivindicación territorial sobre las Islas Canarias, sin embargo, «no es ajeno al futuro de estas islas».
En una primera reacción a las precisiones aportadas por el ministro español Marcelino Oreja a sus declaraciones a Le Monde, en particular en lo que concierne a Ceuta y Melilla, considerado por el señor Oreja como «asunto interno de España», el diario de los independientes Al Mitaq afirmaba que cuando Marruecos plantea la cuestión de estas dos plazas «no es para iniciar ningún tipo de regateo, sino como expresión de un dlerecho histórico».
El partido del Istiqlal, del cual es secretario general el ministro marroquí del Exterior, Mohamed Bucetta, después de haberse reunido en sesión extraordinaria para ánalizar las declaraciones del señor Oreja, emitió un comunicado en el que «denuncia la actitud colonialista de España» y pide que el Gobierno tome medidas para «poner fin a esa actitud desafiante del Gobierno de Madrid.
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