Gente
Hoy hace dos años que falleció en Memphis, Tennessee (Estados Unidos) uno de los mitos clásicos del rock and roll, Elvis Presly. Joe Exposito, uno de sus guardaespaldas, encontraba el cadáver del divo en la madrugada del 16 de agosto de 1977. Meses antes la prensa daba cuenta de los deseos del rey rockero de ser agente secreto y de que un día viajó a Washington para ofrecer sus servicios a otro rey de la política, destronado en vida: el presidente Nixon.
Desde que Elvis The Pelvis grabara su primer disco en la Sun Records hasta que Joe lo encontró muerto en uno de los lujosos salones de su mansión, pasó toda una vida, 42 años, para ser exactos. Joven camionero, llegó a poseer una flota de vehículos para uso propio y envidia ajena. Self-made-man típicamente americano, basó su fortuna en sus cuerdas vocales, en su cimbreo de cintura, en su sudor eróticamente secado para alegría de sus fans y en esa música fantástica que es el rock.
«He recorrido muchos caminos desde que estuve lavando coches», se cantó a sí mismo The Pelvis. «Llegué a donde dije que llegaría. Ahora que estoy aquí estoy seguro de que, en realidad, no he llegado del todo. Así que creo que comenzaré de nuevo, me colgaré la guitarra a la espalda y nunca más miraré atrás. Nunca seré más de lo que soy, tú debes saberlo. Soy simplemente el hombre de la guitarra.»
El hombre de la guitarra está hoy enterrado entre alambradas, para evitar que sus fans, muchas de las cuales ya tienen más de cuarenta años, rompan la intimidad de los familiares que acudirán hoy al cementerio de Memphis. La única alegría que se le ha permitido a la férrea alambrada es una sucesión de notas musicales. Sin embargo, la ciudad de Elvis no dejará pasar la ocasión: se descubrirá una estatua del cantante y se proyectarán películas sobre su vida. Un proyecto similar resultó un fracaso el pasado año por culpa de una huelga de policías y bomberos. Un año antes, el día de su muerte, la noticia produjo las más histéricas reacciones. En otro lado del planeta, en Japón, las locutoras lloraron al leer que Elvis había fallecido,
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