El Gobierno acusa a la policía de Filadelfia de violación de los derechos civiles

En una acción sin precedentes, el Gobierno federal norteamericano acusó, ante un tribunal de justicia, a la policía de Filadelfia de violar los derechos civiles de los ciudadanos y de comportarse con una «sistemática brutalidad» que «estremece la conciencia».Después de nueve meses de investigación sobre los abusos cometidos por la fuerza de policía, compuesta por 8.500 agentes, el Departamento de Justicia presentó la acusación ante un tribunal federal y recomendó que, si no desaparecen las prácticas brutales de la policía, se retiren los fondos del Gobierno federal a la ciudad.

El pliego de cargos, que ocupa veintiocho páginas, está firmado por el propio ministro de Justicia saliente, Griffin Bell, y en él se cita a una veintena de altos oficiales de la policía y al alcalde de la ciudad, Frank Rizzo. Este último, que fue jefe de la policía de Filadelfia antes de ser alcalde, rechazó ayer las acusaciones, que calificó como «monsergas».

Según la acusación del Gobierno federal, la policía de Filadelfia dispara y hiere cada año a 75 personas, y el número anual de quejas contra la brutalidad policíaca asciende a 1.100. Aunque las minorías negra e hispánica sufrieron mayores porcentajes de los abusos de la policía, la acusación gubernamental indica que se han venido violando los derechos básicos de «personas de todas las razas, colores y orígenes nacionales».

La utilización innecesaria de armas de fuego contra delincuentes que se iban a entregar o no iban armados es una de las acusaciones contra la policía de Filadelfia, junto con el empleo de violencia física contra detenidos esposados. La detención, sin motivo, de ciudadanos; el registro, sin motivo, de vehículos, y las agresiones contra los ciudadanos que protestaran son citadas también en el pliego de cargos gubernamental.

El Departamento de Justicia indica asimismo que las investigaciones de quejas por brutalidad se efectuaron de forma incompleta y fragmentaria para encubrir así a los agentes culpables, que se presionó a los testigos y que, dentro del mismo cuerpo de policía, se aisló y persiguió a los agentes que expresaban críticas contra el actual jefe del cuerpo o contra el alcalde.

La acusación contra la policía de Filadelfia, primera en la historia en ser presentada por el Gobierno federal contra un departamento policial en bloque, puede ser sólo la primera. Otras investigaciones están en curso sobre presuntos comportamientos brutales de agentes de policía en Houston (Texas), Mobile (Alabama) y Memphis (Tennessee).

El alcalde de Filadelfia, Frank Rizzo, que ganó las dos últimas elecciones presentándose como un «policía duro» y que acaba su segundo mandato de cuatro años dentro de unos meses, dijo ayer que la acusación contra la policía de su ciudad era una maniobra política de la Administración Carter, que busca el apoyo de los negros y de los liberales para las elecciones del año próximo.

Para Frank Rizzo la acusación del Gobierno federal sólo servirá para dañar a la ciudad de Filadelfia, desmoralizar a su policía y alentar a los criminales. Pero la lectura del pliego de cargos presenta una policía cruel, fuera de control, prepotente y, en la práctica, impune. Desde que Rizzo es alcalde, la policía de Filadelfia mató a 150 civiles y en más de la mitad de los casos las víctimas estaban desarmadas.